(VIERNES 09 DE JULIO, 2021-EL JORNAL). Como ya no se ven los entrenamientos, no queda más remedio que seguir las pistas que el técnico Luis Fernando Suárez va dejando aquí y allá.
Ayer en la conferencia de prensa dejó varios trazos dignos de comentar. Lo primero es que quiere un equipo con confianza desde su línea defensiva, por eso no piensa hacer experientos en la portería. Se quedará con uno de los tres, entre Moreira, Sequeira y Alvarado.
Esa línea discursiva era previsible, porque por lo general a los entrenadores no les gusta alternar la portería, un puesto sumamente delicado, en el que se le debe dar respaldo y confianza al elegido.
Ya con solo esta “confesión” podemos hacer muchas inferencias, como si fuerámos alumnos de Sherlock Holmes, de lo que pretene Suárez con el seleccionado.
Orden y confianza atrás. Nada nuevo. No obstante, con los mojones que se construye un equipo ya deja ver que más que el ataque, su equipo, como dictan los librillos, debe estructurarse desde atrás.
Luego Luis Fernando Suárez dejó otra pista aún más importante, que era un doble mensaje. El técnico aseguró que en los entrenamientos había notado que la reacción a la hora de recuperar la pelota era lenta.
Ahí estaba la perla de la conferencia y un serio llamado de atención a los seleccionados. En el fútbol moderno, si no se mejora esta fase, no se llega a ninguna parte. Esto tiene que ver con táctica y con estrategia, pero tiene una relación más profunda con lo que es el balompié actual: en el que la fase defensiva y ofensiva solo se pueden separar para afectos didácticos.
Si se le pone cuidado a qué dice y cómo lo dice, Suárez nos dará muchas pistas y se pueden seguir las huellas de cómo va ir evolucionando nuestra selección.
En la Copa de Oro, a partir del lunes, todos esos aspectos los podremos vislumbrar ya directamente e inferir qué futuro le espera a la Tricolor.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez
