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Las novias de silicona

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 09 DE JULIO, 2017-EL JORNAL). El tema no es nuevo, pero siempre es sorprendente. Hoy, en el Japón, como en otros países industrializados, los empresarios y los hombres en edades entre 40 y 65 años tienen novias de silicona.

Sí, mujeres de tamaño real que no respiran, pero por las que sí suspiran sus dueños. Les compran joyas, las llevan de “picnic” y les recitan versos de poetas cursis con el ánimo de enamorarlas para siempre y con ellas tienen relaciones sexuales como si fueran mujeres de carne y hueso.

Suena a broma de una imaginación desbordada o de mal gusto, mas es una realidad que las “rabu doru”, o muñecas del amor, llenan el alma de viudos, esposos que son infieles esta vez con nenas de silicona y desahuciados del amor que optan por invertir 5.300 euros (poco más de tres millones) para tener a su compañera inseparable.

 

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“La quiero con locura y sueño con llevarla al paraíso”, le dijo Mayasuki Ozaki al reportero Carlos Doncel, de El País.

Es la cruda realidad de una sociedad hiperconectada que no sabe comunicarse. Es la cruda realidad de un ser humano que teme estar a solas consigo mismo. Es la cruda realidad de una sociedad en la que una persona, como sucedió en La Coruña, España, se puede morir hoy, y sus vecinos son capaces de darse cuenta cuatro años después, cuando aparece momificada.

En una cultura dominada por el cristianismo, aquello de que amarás a tu prójimo como a ti mismo, es una verdadera farsa, porque se vive en la cultura de la selva, en la que predomina el puñal, la indiferencia, el desprecio y la nula solidaridad entre los seres humanos.

Ya en la película “Her” (Ella) su protagonista—Theodore Twombly (Joaquín Phoenix) se enamora de la voz instalada en su teléfono inteligente –voz de Scarlett Johanson– y que le establecía las citas laborales, hasta el punto de que aquel termina por sucumbir a sus encantos.

Mujeres de silicona. Muñecas hiperrealistas. El hombre que salta al vacío y reniega de la realidad en que vive, fruto de la carrera sin frenos por el prestigio, la imagen, los like en Facebook y los twitts de moda.

El autor es director de EL JORNAL y Máster en Literatura. Encuentre más artículos en: www.joseeduardomora.com

 

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