(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 19 DE ABRIL, 2017-EL JORNAL). En Acosta es usual toparse a motociclistas sin casco, sin luces y muchas veces en una llanta. A ello hay que añadir que muchas de esas motos carecen de silenciadores y a todas horas y en todo momento se pasean como Pedro por su casa por el cantón.
Ante ello, cabe preguntare: ¿Qué hacen las autoridades de tránsito destacadas en la zona? ¿Qué hace la Fuerza Pública para corregir esta situación? ¿Qué presión ejercen los grupos organizados como las Asociaciones de Desarrollo de cada pueblo en que operan para que se corrija esta epidemia en las carreteras? ¿Qué hace el Ministerio de Salud local por combatir el ruido excesivo? ¿Puedo hacer algo el municipio o este tema, por ser humano, demasiado humano, se sale de sus funciones?
Es alarmante ver cómo los motocilistas se pasean a sus anchas y ponen en peligro la vida de quienes responsablemente conducen por nuestras carreteras.
El tema también preocupa en Vuelta de Jorco y sabemos que en otros distritos del cantón de Aserrí.
De forma tal, que se está ante un problema de importantes dimensiones, porque se sabe el impacto que ejerce el ruido en la salud y los riesgos que conlleva adivinar por dónde se moverá el motocilista de turno que anda de noche y sin luces.
Ojalá que las autoridades competentes, los grupos organizados y los líderes de nuestra región actúen a tiempo, antes de que haya que lamentar la pérdida de vidas por tal obsecada conducta.
Entendemos que el comportamiento de esas personas raya en lo salvaje, sí, en lo salvaje, por eso sería importante que se aplique la ley con todos sus rigores.
Sucede, no obstante, que a los conductores honrados, que andan en regla y manejan con responsabilidad son a los que más interrogan las autoridades. ¿Por qué? Y mientras tanto, esos salvajes hacen de las suyas a diestra y siniestra.
