(MIÉRCOLES 16 DE JUNIO, 2021-EL JORNAL). Ya se conocen los integrantes de la octogonal y se mire por donde se mire, pareciera que el gran despistado es Costa Rica, que desde hace tres años entró en el túnel de las indicisiones y es la única Selección que a tres meses del comienzo de la eliminatoria no tiene técnico.
El vendaval de errores en que ha incurrido la Fedefutbol en la escogencia de los entrenadores de la Selección es más que evidente, con un Matosas que vino a veranear y un Rónald González al que el puesto le vino grande, porque ahí se ocupaba rigor y el carácter del técnio no se ajustaba a ese parámetro.
Ya antes, se había desperdiciado la posibilidad de proyectar a los mejores de la Sub23 con miras a utilizarlos en la próxima fase eliminatoria. Mientras ello sucedía y Costa Rica se aferraba a la filosofía del Cangrejo, Panamá, que será el primer examen el 1° de septiembre, contrataba a Thomas Christiansen, quien vino a darle un estilo y una personalidad al equipo canalero, que ya en la danza puede perfectamente competir por la tercera o cuarta plaza.
Al día de hoy, Costa Rica no es superior a ningún rival de la octogonal, ni siquiera a El Salvador, porque los cuscatlecos en casa se convierten en unas fieras difíciles de doblegar y la historia así lo confirma.
Entre comisionitis y comisionitis, que es el otro gran deporte que se practica en el país, al lado del eterno carnaval, la Federación está en una encrucijada y si por la víspera se saca el día, como decían nuestros sabios abuelos, no debemos esperar una respuesta acorde con las circunstancias.
Costa Rica se parece a aquel alumno que ha hecho todo lo posible para llegar en su peor forma al examen final, y entonces en la noche anterior intenta la técnica del alumno esponja, que consiste en memorizar todos los conceptos posibles para ver si sale del apuro al día siguiente. Es una técnica temeraria y muchos alumnos esponja han terminados en el piso, desparramados mientras los vencedores se mueven por los pasillos con holgura y satisfacción, por haberse tomado el asunto tan en serio.
La única esperanza que queda es que el técnico elegido, al margen de las circunstancias, tenga la altura, la capacidad, la sagacidad y la estrategia para convencer a los jugadores de que tienen una oportunidad inmejorable y de que ir a un Mundial es un privilegio para pocos, y que incluso en medio de la oscuridad hay formas para que salgan airosos y triunfantes.
Más allá de ello, solo hay expectativas que al final se desvanecen como la espuma, al tiempo que se preparan los discursos llenos de justificaciones y excusas.
Las cartas de la eliminatoria están sobre la mesa, pese a que Costa Rica sigue de vacaciones.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.