(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 05 DE SEPTIEMBRE, 2018-EL JORNAL). En la asamblea general de asociados de Coopesantos de 2002, un señor llamado Jorge Luis Mata presentó un proyecto mediante el cual la cooperativa, con fondos propios, pudiera adquirir terrenos y fincas con nacientes para proteger el agua.
Ya entonces se decía que el agua iba a ser el petróleo blanco del futuro—en realidad ya lo era–, pero el hecho de sumar pequeñas cantidades para destinarlas a proteger las cuencas en el área servida por Coopesantos, que incluye a Mora, Acosta, Aserrí, El Guarco, un sector de Desamparados, Dota, Tarrazú y León Cortés, era dar un paso adelante.
La iniciativa no solo fue aprobada de manera formal por los asambleístas de entonces, sino que la cooperativa se dio a la tarea de transformarla en una realidad.
Hoy, 14 años después, Coopesantos ha adquirido 148 hectáreas con nacientes, con una inversión de ¢247 millones.
Eduardo Navarro, presidente del Consejo de Administración, explicaba en una gira realizada el viernes 31 de agosto, que el programa es visionario y que es importante divulgarlo, con el fin de que otras organizaciones en el país puedan inspirarse en él y así puedan emprender esfuerzos similares.
Las propiedades adquiridas son entregadas en administración a las Asociaciones Administradoras de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados (Asadas), que son las que se encargan de aprovechar el agua y de velar por la propiedad.
La cooperativa, para darle seguimiento al uso de las propiedades, cuenta con una comisión específica.
En la actualidad, 25 Asadas administran las 247 hectáreas, adquiridas en la zona de gestión de la cooperativa.
Una de esas fincas es la ubicada en el sector del Abejonal, en León Cortés, donde se destinan 9,6 hectáreas para preservación y para cuidar el recurso hídrico.
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