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La Superliga y Saprissa

 

(MIÉRCOLES 21 DE ABRIL, 2021-EL JORNAL). Mientras la Superliga europea se cayó como un castillo de naipes tras bellas mentiras, como que el fútbol es de los aficionados –Gerard Piqué— o de que lo que interesa es la competición –Pep Guardiola, en Costa Rica Saprissa levantaba un laberinto a su alrededor y no lograba unificar criterios de si Mauricio Wright iba a ser su técnico o su asistente.

Lo sucedido con Wright es una muestra inequívoca de lo que sucede puertas adentro en el equipo morado, donde corre el ácido por todas partes, en apariencia, y los mandos medios terminan por saltarse las barreras.

Quien primero corrige al presidente Juan Carlos Rojas es su periodista Diego Picado, lo que evidencia una falta de coordinación absoluta, porque a partir de ese momento comenzó el correo de brujas entre afirmaciones y desmentidos del propio club tibaseño, para regocijo de aquellos que lanzan memes al ciberespacio como gotas de lluvia en invierno.

Por jerarquía, el periodista no debió corregir a su presidente, pero acaso ello sea una metáfora de lo oscuro que está el horizonte en un Saprissa que podría quedarse fuera de la segunda fase por primera vez desde que se utiliza este formato, al tiempo que es un equipo sin norte ni claridad en el terreno de juego.

El fútbol es el más grande deporte del planeta tierra porque tiene una cualidad que ningún otro, ni por asomo, posee: su capacidad inmensa para parecerse a la vida.

En esa línea llama a la reflexión que en Europa salieran a hablar del fútbol modesto contra los que intentaban crear la Superliga, cuyo germen ya se esparció por el Viejo Continente y si bien el proyecto original fracasó, el sismo producido en la UEFA obligará a este organismo a hacer concesiones, prontas y futuras.

Resulta que ahora clubes Estado como Manchester City se preocupan por pequeños como el EIBAR, cuyo presupuesto es 70 veces menor que el equipo liderado por el Abu Dhabi United Group for Development and Investment.

El modelo de la Superliga, que se desmoronó tras la salida de los seis equipos ingleses, presionados por el mismísmo Boris Jhonson, Primer ministro que sacó a Inglaterra de la Unión Europea, se terminará por imponer, porque el fútbol hace rato es un asunto de dinero.

Y si de dinero hablamos, habrá que comprobar cómo hará el Saprissa en este campo para fortalecer sus inversiones y volver a la competencia contra su archirrival Alajuelense, que sostenido financieramente por socios estratégicos, le saca partida a esta ventaja competitiva.

Entre la cruz y el calvario de la Superliga y el laberinto del Saprissa hay un punto de conexión: todo pasa por el dinero, sin él, el fútbol de hoy es un barco a la deriva. Al menos, eso sí, ya Saprissa dio un paso adelante y tiene entrenador: Mauricio Wright.

 

 Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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