(LUNES 26 DE SEPTIEMBRE, 2022-EL JORNAL). Costa Rica juega la madrugada del martes ante Uzbekistán, una selección que nunca ha estado en un Mundial y que no es la mejor de Asia, por más que luego nos vengan con cuentos chinos.
Por lo cual, me pregunto si es la posibilidad inmejorable para que al menos en un partido de preparación, la Selección se decida a ser protagonista con el balón. Es decir, a tomar las riendas del partido. A asumir riegos y a presentar propuestas en el terreno de juego.
Durante la eliminatoria, Costa Rica siempre jugó al margen del adversario. Sin importar cuál fuera, con excepción del último encuentro en el Estadio Nacional en el que ya se tenía la clasificación y era el momento para hacer lo que se hizo con los más jóvenes. (Ello, no obstante, ha llevado a engaño a muchos, al hablar de una revolución impulsada por don Luis Fernando Suárez).
Esta madrugada, por lo tanto, frente a una Selección que del 92 a la fecha no ha podido asistir a un Mundial, es el tiempo justo para que Costa Rica apueste por el protagonismo, por ir al frente a buscarle las costuras al adversario. ¿Lo haremos?
Tengo la sensación de que nuestros jugadores con el balón son muy buenos. Y que la Selección es mejor cuando ataca y se defiende con la pelota y no como suele hacerlo, que da todas las iniciativas al oponente.
A ver si contra Uzbekistán, que no es ninguna potencia del mundo, aunque jugó bien ante Camerún, de una vez por todas se muestra ese potencial del equipo que siempre está latente y supeditado a tácticas y estrategias, y se toma el toro por los cuernos, y Costa Rica decide ser protagonista con el balón e ir a pelear la batalla.