(JUEVES 03 DE MARZO, 2022-EL JORNAL). La retórica, esa gran rama de la literatura que fue condenada desde los tiempos griegos, hoy ha vuelto a los primeros planos, por eso sirve en esta columna para analizar la que emplea Jafet Soto, la cual es una retórica grandilocuente, vacía, sin asideros, pero que produce mucho ruido y muchos la aplaunden, y la compran como un artículo de última generación.
En política, la retórica desmesurada, en la que se pone al adversario como el corrupto y al extranjero como el culpable, también se ha abierto campo en los últimos tiempos y si tienen duda solo hay que pensar en cómo Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
Tras el partido ante Alajuelense, Jafet Soto dijo que salió con la sensación de victoria. Y con esa frase oculta lo obvio y es que el último lugar, cumplidas nueve fechas del torneo, es Herediano.
Y acto seguido, Jafet Soto dice que fueron mejores que la Liga en el primer tiempo. Lo que tampoco es exacto ni cierto, pero las palabras, las benditas palabras, sirven para eso, para crear realidades, por eso los literatos viven de contarnos historias que solo fueron concebidas en su imaginación.
También, tras el partido, Jafet Soto anunció que enviará una carta a la Comisión de Arbitraje para quejarse por la labor de Juan Gabriel Calderón. ¿Se equivocó Calderón? Sí, y hasta de forma grosera, pero los grandes equipos no viven de estar señalando a los árbitros.
A Cartaginés le anularon un gol válido ante San Carlos, pero haría muy mal la dirigencia si se queda ahí, con esa fotografía, porque donde deben de insistir es en la calidad y la capacidad de definición de sus jugadores.
La retórica de Jafet Soto es interesantísima, digna de un estudio literario y político, porque el personaje sabe cuándo alzar o bajar la voz. A mí me entretiene, pero ya puestos al análisis, puedo dar fe de que su discurso lo que busca es desplazar el foco, para que no se ahonde en lo crucial: que su equipo hoy está en el último lugar y que el problema, por lo que se ve, no era Jeaustin Campos.
