(MIÉRCOLES 19 DE MAYO, 2021-EL JORNAL). Mientras las luces se enfocan en lo que será el clásico y definitivo partido entre Alajuelense y Saprissa, el suspenso y el misterio recorren silenciosamente la final del Clausura en la Segunda División, cuya programación del partido Puntarenas-Guanacasteca se hizo con una tardanza inaceptable.
La segunda categoría sigue una trama de misterio, que la hace impredecible y en la que suceden situaciones inverosímiles como el que haya equipos que pierdan su categoría en los despachos, como le sucedió a Curridabat, y por el mismo camino van Escazuceña y Marineros de Puntarenas.
La Segunda División es más importante de lo que parece, tanto es así que Saprissa, en un momento de crisis tremenda, cuando estaba al borde de la no clasificación a semifinales y tras perder por goleada contra los manudos, anunció que para la próxima temporada tendrá una filial en esa división.
Los vientos convulsos que soplaron desde Turrialba, dado que un grupo inversionista pretendía hacerse con el club, es otro de los capítulos que hacen que la segunda sea hoy un espacio de contradicciones, mientras la Federación Costarricense de Fútbol, con Rodolfo Villalobos a la cabeza, no dice nada.
Pareciera, entonces, que esta categoría es tierra de nadie, donde las decisiones pueden demorarse sin la claridad que exigen las circunstancias, y la demora en la programación del juego Puntarenas-Guanacasteca, que será el jueves 27 de marzo, es una muestra de ello.
Hay que darle a la segunda categoría el rango que se ha ganado, sin embargo, en ella parece haber un mago que mueve los hilos a su antojo y según su conveniencia, y eso hace que la pesadilla parezca no tener fin.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.