(MIÉRCOLES 16 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). Después de varios aplazamientos por motivos técnicos y meteorológicos, la misión Artemis I ha despegado hoy a las 7:47 h (hora peninsular española) desde el modernizado Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida (EE UU). El enorme cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) ha puesto a la nave Orion rumbo a su destino: la Luna.

El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el 29 de agosto, pero problemas con la refrigeración de un motor del cohete SLS primero, una fuga de hidrógeno después y la posterior llegada de los huracanes Ian y Nicole han hecho que el acontecimiento, retrasmitido por la NASA en español, se haya retrasado hasta este miércoles.

Artemis I es un vuelo de prueba sin tripulación, el primero de una serie de misiones cada vez más complejas para preparar la presencia humana permanente en la Luna, donde llegará por primera vez una mujer y una persona de color en los próximos años, así como los futuros viajes a Marte. El nombre de Artemis o Artemisa en la mitología griega hace referencia a la diosa gemela de Apolo (como se denominó a las primeras misiones tripuladas lunares).

Los principales objetivos ahora son comprobar todos los sistemas de Orión en un entorno de vuelo espacial y garantizar que tenga un regreso seguro a la Tierra antes del primer vuelo ya con astronautas en la misión Artemis II.

“Vamos a hacer una misión completa: despegar con el cohete, llegar hasta la órbita de la Luna con la nave Orion y probar todos los sistemas: desde el de propulsión y los sistemas eléctricos hasta caracterizar las capacidades de la nave”, ha explicado el ingeniero español Carlos García Galán, del Centro de Investigación Glenn de la NASA que participa en el proyecto.

La duración de este vuelo de prueba será de unos 26 días (25 días, 11 horas y 36 minutos exactamente) y la cápsula, tras recorrer 2,1 millones de kilómetros, amerizará en el Pacífico el 11 de diciembre de 2022. Va a permanecer en el espacio más tiempo que cualquier otra nave para tripulantes sin que esté acoplada a una estación espacial.

Lanzamiento en el cohete más potente del mundo

Otro de los récords de Orion es su sistema de lanzamiento, ya que el cohete SLS de la NASA es el más potente del mundo, capaz de enviar más de 27 toneladas métricas a la Luna. 

A los pocos minutos del lanzamiento se han ido separando sucesivamente sus dos grandes propulsores, los cuatro motores RS-25, la etapa central, los paneles protectores del módulo de servicio y el sistema para abortar el lanzamiento, dejando a Orión unida a la etapa de propulsión criogénica intermedia (ICPS) que lo impulsa hacia la órbita lunar.

Esta maniobra, conocida como inyección translunar, apunta con precisión a un punto sobre nuestro satélite que guía a Orión lo suficientemente cerca como para ser capturado por la gravedad de la Luna.

Viaje a la Luna con un módulo de servicio europeo

Aproximadamente dos horas después del lanzamiento, Orión se separará del ICPS, que desplegará entonces diez pequeños satélites. Estos CubeSats se van a utilizar para estudiar la Luna, realizar experimentos, observaciones científicas y algunos como demostradores tecnológicos.

En su camino desde la órbita terrestre hasta la lunar, Orion se impulsa con un módulo de servicio proporcionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y construido por Airbus que ayuda a ir corrigiendo el rumbo, propulsa la nave y suministra energía.

“Es la parte no tripulada de Orion, pero tiene los tanques de combustible, los de oxígeno, nitrógeno y agua, todo lo necesario para sostener a la tripulación en la trayectoria de la Tierra a la Luna y de vuelta. También incorpora todos los sistemas de propulsión. Una vez que el cohete nos deja hacia la órbita de la Luna, el resto de los eventos de propulsión los hace Orion y son todos los motores que están en el módulo de servicio europeo”, explica García Galán, que de hecho es el jefe de la Oficina de Integración de este módulo de servicio europeo.

Esta estructura también cuenta con cuatro paneles solares «que es lo que permite estar en el espacio meses en vez de días, y eso es una de las misiones más importantes de Orion: poder mantener la presencia ahí permanente», destaca el ingeniero español.

Orión volará a unos 97 km por encima de la superficie de la Luna en su aproximación más cercana, y luego utilizará la fuerza gravitacional de nuestro satélite para impulsarse a una órbita retrógrada distante a su alrededor, viajando unos 64.000 km más allá de la Luna.

Durante las semanas de viaje, los ingenieros evaluarán todos los sistemas de la nave, que lleva también tres maniquíes (uno con el nombre del hispano Arturo Campos y dos torsos de mujer) para estudiar la radiación y otros parámetros que experimentarán los y las astronautas.

La nave recibirá otra ayuda gravitatoria de la Luna durante un segundo sobrevuelo cercano para, con la ayuda también de sus motores, acelerar y volver a casa. 

Amerizaje con paracaídas

La misión finalizará con un test de la capacidad de Orión para regresar de forma segura a la Tierra, donde llegará más rápido y más caliente que ninguna otra nave para humanos antes. Entrará a unos 40.000 km/h en la atmósfera terrestre, que reducirá su velocidad a unos 480 km/h, pero esto producirá temperaturas de aproximadamente 2.800 grados Celsius y pondrá a prueba su escudo térmico.

 

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