(MARTES 22 DE DICIEMBRE, 2020-EL JORNAL). Hungría, la mejor selección de 1954, aplaudida por toda Europa, y que era una máquina arrolladora, quedó segunda, tras perder en la final del Mundial de Suiza contra Alemania. El Milagro de Berna se llamó aquella victoria 3 a 2 de los teutones. ¿Dónde quedó la justicia del fútbol? En una bella anécdota, porque de los segundos no se acuerda nadie, aunque ese viejo adagio no siempre es literal.
En 1974, la Selección de Holanda sorprendió al mundo con su fútbol total. Pressing en todas las zonas del juego. Pressing a quien tenía la pelota y, más importante, a quien la iba a recibir. Cruyff y compañía volaban. Llegó la final ante Alemania y se cumplió aquella afirmación de Gary Lineker: el fútbol son once contra once y siempre ganan los alemanes.
Italia fue campeón de manera extraordinaria en España 82, pero quienes vivmos aquel Mundial juraríamos que el equipo orquesta, el que puso el arte, el que le devolvió al fútbol la grandeza y la belleza fue el Brasil de Telé Santana, que terminó eliminado por los azurri.
De forma tal, que en el fútbol hablar de justicia es entrar en un terreno minado. El mérito ronda también esa frontera.
En los fríos días de fútbol que se viven hoy, lo mejor es atenerse a los hechos: una simple operación de aritmética es lo que define cuál equipo sube al podio. Así es y así funciona el fútbol de hoy, engarzado en una gran industria que mueve millones de millones.
Todo esto viene a cuento porque sostuve una discusión con mi compañero Josué Quesada en FxD sobre la validez del término justicia en el balompié. Desde mi punto de vista, y aquí puedo “atacarlo” porque no se puede defender desde esta trinchera, hablar de justicia en el fútbol es como hablar de física cuántica.
A los aficionados, a los mismos futbolistas y a los propios entrenadores, lo que les interesa –hay sus excepciones—son las cifras precisas y si al final, por ejemplo, hubiese quedado campeón Herediano, no había discusión, con esas reglas se jugaba, con esas reglas había que hacer la sumatoria final.
En el fútbol, entonces, más que de justicia y méritos, hay que hablar de resultados, aunque yo pregone la visión de Valdano, Menotti, Rinus Mitchell, Del Bosque, Kappa, Arrigo Sacchi, para quienes el fútbol además de los fríos números debe jugarse con una varita mágica.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.