(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE DICIEMBRE, 2018-EL JORNAL). La librería The Strand podría desaparecer si el edificio en que está hoy adquiere la condición de patrimonial, aunque ello sea una de las grandes paradojas de esa declaratoria.
Fundada en 1927 por Fredd Bass, con un total de 2,5 millones de ejemplares, es una de las librerías más grandes e importantes del mundo. Se ubica en el cruce de Broadway, a dos bloques al sur de Union Square, en Manhattan, Nueva York.
The Strand es más que una librería hoy: es una institución cultural en un mundo globalizado en el que este tipo de espacios tienden a desaparecer
Curiosamente, lo que está sucediendo con la librería, que se ve amenazada por una ley, es lo que ocurre en la ficción con la novela “La Librería”, de Penélope Fitzgerald, y que llevó al cine Elizabeth Coixet.
En efecto, en la película la “Librería”, que se puede ver en Netflix, Florence Green ha llegado a Hardborough, en la costa inglesa y ahí se propone abrir una librería en el conservador pueblo, al que se opone Violet Gamart, conectada con el poder y las influencias.
Carlos Boyero, crítico de cine de El País, quien no es precisamente seguidor de Coixet, acepta en este caso, sin embargo, que la película alcanza momentos sublimes: “Coixet describe todo esto con una delicadeza y un tono cercanos a la orfebrería. Imágenes, diálogos, silencios, pequeños y reveladores gestos conviven en armonía, arropados por una atmósfera magnética y veraz. Su intimismo es contagioso. Y la historia que me han contado sigue conmigo durante el resto del día. Se supone que ocurren pocas cosas, pero me ha tocado y reconozco en qué fibras emocionales”
Y más merece ver dicho filme, si ahora en la vida real una de las librerías icónicas del mundo –The Strand– está a punto de cerrar por una ley que obliga a los propietarios de los edificios a dar un mantenimiento especial a aquellos que son declarados patrimonio.