(VIERNES 24 DE NOVIEMBRE-EL JORNAL). Paulo César Wanchope no es un técnico, todavía, con éxito, pero tiene toda la autoridad para alzar su voz contra lo que considera una falta de profesionalismo del futbolista nacional.
Sus palabras, por venir precisamente de él, constituyen una grave denuncia.
Si no procedieran de Wanchope, cualquiera creería que es un clamor por un resentimiento, pero alguien que se convirtió en un protagonista por la Premier League con sus zancadas, sus goles y su jerarquía, no necesita tirarle arena a nadie, y menos en este momento de su vida.
Lo que ha dicho Wanchope es que al jugador costarricense le falta profesionalismo en su comportamiento, en la manera de cuidarse, en la forma de asumir su trabajo, y eso desde luego que se refleja en la cancha.
No hay entrenador en el mundo que pueda enderezar si quiera a una oveja negra, si no hay detrás los respaldos necesarios. Y aquí también es contundente el entrenador, al asegurar que hay complicidad de ciertos dirigentes con comportamientos indignos de un profesional del fútbol.
Es demoledor y lamentable, que en el siglo XXI, nuestros futbolistas sigan teniendo una mentalidad de siglo XIX, cuando se jugaba por diversión y no existían responsabilidades contractuales como hoy. Incluso en esa época hubo muchísimos jugadores que se comportaron de manera ejemplar y eso llevó a nuestro fútbol a que en Italia 90, por ejemplo, culminara una etapa y comenzara otra.
Lo de Wanchope no deben ser palabras que se lleve el viento. Hay que ahondar en ello, y hacer un llamado para que el profesionalismo se respalde en toda su dimensión, no solo con salarios que muchas veces se salen de la realidad del balompié nacional.
Seguir por la senda de la indisciplina, de la mediocridad, del conformismo, solo conduce al ostracismo, y ya hoy lo estamos viviendo, la humillante derrota ante Panamá, y el hecho de que la Liga juegue la final contra el Estelí y no contra Saprissa, son dos indicios inequívocos de que el fútbol costarricense ha venido como el cangrejo, para atrás, y mucho de ello obedece a la falta de una asunción total de lo que significa ser un jugador profesional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL