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La crisis del Saprissa

(LUNES 11 DE ABRIL, 2022-EL JORNAL). Saprissa fue un fantasma en el Carlos Ugalde. Y ha sido un fantasma durante muchos tramos del campeonato. En el equipo morado hay un gran desajuste entre las políticas emanadas de la presidencia de Juan Carlos Rojas y las necesidades del club en la cancha.

Hoy Saprissa no tiene a los mejores jugadores del país. Tiene un equipo medio. Con muchas falencias en puestos clave. Carece, hace rato, de un buen lateral izquierdo. No ostenta grandes contenciones. Si David Guzmán no está, esa plaza no la llena nadie. En ataque no hay quién haga un gol. Y en general, el funcionamiento del equipo depende de Mariano Torres, Aarón Cruz y Kendall Waston, el resto, o no aparecen, o aparecen por intermitencias, como Marvin Angulo y Jimmy Marín. Y a partir de aquí no hay mucho dónde escoger.

Dicha realidad revela deficiencias en el modelo deportivo adoptado por los morados: ¿A qué responde? Nadie lo sabe. Hay pistas: ahora Saprissa contrata a jugadores descartados en otros clubes. ¿Cuál es la verdadera labor de Ángel Catalina? Aquel poder y orgullo es cosa del pasado.

La fortaleza que era la Cueva Morada hoy es solo una anécdota. Horizonte Morado parece haber perdido el norte y en la cancha se observa a un equipo que en un campeonato competitivo debería acabar de sexto o séptimo.

La generación de jugadores en la cantera morada es nula. Otrora una de las más grandes fortalezas de la “S”. Este es un tema más profundo de lo que parece.

Mientras tanto, entre despachos y “tweetsSaprissa no mejora. Prueba de ello es que después de Carlos Watson pasaron Vladimir Quesada, Walter Centeno, Roy Myers, Mauricio Wrigth e Iñaki Alonso. Todos, aunque algunos de ellos hayan ganado algún torneo, no convencieron a la hinchada morada. Hace rato que Saprissa dejó de ser aquel equipo que ganaba y jugaba bien.

Algo tendrá el agua tibia cuando la bendicen. Despidieron a Alonso y el club hizo el ridículo ante San Carlos, que tampoco es la mayor potencia del universo, para que no nos engañemos.

En medio de la desolación actual, si Saprissa quiere ponerse serio debe darle el tiempo y el espacio a Jeaustin Campos para que siente las bases de la institución para los próximos cinco años, pero si pretende seguir el vacilón le hará un contrato kleenex para disfrazar la crisis actual.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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