(MARTES 26 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). Cuando Josep Guardiola se retire como entrenador, no le voy a recordar por los muchos títulos que ganó con el Barcelona, el Bayern Múnich y el Manchester City. No, me interesa más hurgar en aquellos espacios que se olvidan fácilmente con el tiempo.
Sus declaraciones después del partido en que el City venció 3 a 1 al Cheltenham son una lección maravillosa de amor al fútbol, de honradez y de humildad al extremo.
Ese entrenador que a veces parece tan engreído, en realidad no lo es. Lo que sí es Guardiola es un tipo que piensa en fútbol las 24 horas. Ha llegado a tal punto que hace unos años viene afirmando que los famosos sistemas en el fútbol pueden perfectamente desaparecer para darle paso a las ideas. En el Bayern llegó a jugar algunos partidos con dos defensas. Y ninguno de ellos eran defensas natos.
Pues bien, cuando le preguntaron si esos partidos contra equipos de tercera, como el Cheltenham, por la FA Cup no eran una pérdida de tiempo y una molestia, por el tipo de canchas y de rivales, vino entonces, ese momento mágico. Esa especie de epifanía, que habría que atesorar no solo para el fútbol, que es como un rayo, pasajero, sino para la vida misma de todos y cada uno de nosotros.
Esto fue lo que respondió Guardiola, para enmarcar:
“Todos venimos de estas divisiones inferiores, mi amigo, o usted cree que cuando teníamos 16, 18 años viajábamos en jets privados. Hemos jugamos en estos estadios en toda nuestra carrera. No jugamos siempre en grandes estadios. Todos venimos del Cheltenham. La gente no puede olvidar eso. Es un placer jugar aquí. Eso lo sabemos. Tuvimos suerte de tener éxito en nuestra profesión y de avanzar a divisiones más altas, pero nosotros estuvimos al nivel del Cheltenham muchas veces. Nos hemos cambiado muchas veces en casetas cuando éramos jóvenes y hemos jugado al fútbol con increíble alegría. Amamos este juego. Y nos hemos cambiado en estos vestuarios la mayor parte de nuestra carrera”.
Como se ve, la grandeza no está en los títulos, sino en la esencia con que se entiende un éxito desmesurado desde la humildad.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.