PALESTRA
rafaelangelu@yahoo.com
(San José, 9 de septiebre de 2012). El fútbol ciertamente es un juego donde hay factores que se notan y a veces ni se ven. Los antiguos griegos comparaban el deporte, cualquiera que fuera, con un ejército y una batalla.
Figúrese usted un coronel legionario que llaman a combate tres días antes de la batalla y en tiempo récord debe acoplarse a una tropa generacional distinta. Pienso que es el error grueso de nuestros dirigentes balompédicos que llenan de legionarios a la selección del colombiano Jorge Luis Pinto.
El soldado legionario como el jugador viene de afuera y requiere de un tiempo prolongado para integrarse a la tropa o al equipo. Mientras ello sucede siempre pesarán las individualidades por encima del conjunto.
El militar como el jugador de fútbol además viene de afuera ya con techo. Así que no esperen que estas “estrellas” metan pata contra México, Estados Unidos, etc. Todo lo demás que hablen de volante de enganche, delantero nato, etc., me suena a paja.
Esta soldadesca o “selección” de legionarios saben además que un mundial de fútbol difícilmente los exhibirá más que en sus respectivas ligas. Y los no legionarios son los menos porque pertenecen a una generación que no ha alcanzado casi nada.
No hay hambre y todo confort es enemigo jurado de los desafíos y los grandes cambios. No digo que está selección despintada no vaya a la hexagonal final; digo que una cuota importante de sus integrantes transmiten falta de hambre.
Y los integrantes de este seleccionado no son culpables. (¿Qué hemos alcanzado últimamente en los mundiales infantiles y juveniles? ), entonces no esperemos mucho en el mundial de Brasil, sí es que se clasifica.
Toda la dirigencia futbolística es culpable. Las ligas menores están descuidadas y el entrenador que llegue se esforzará por “hacer” jugadores y no personas. Y hay factores en el fútbol que no se ven pero señores son determinantes.
Periodista, abogado y notario UCR