(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 16 DE JUNIO, 2018-EL JORNAL). El fútbol en tiempos del videoarbitraje (VAR) no es fútbol: es tecnología, son cámaras dirigiendo un partido, es un árbitro títere que es esclavo de lo que le digan, es la muerte de la espontaneidad, es el triunfo de las máquinas sobre el ser humano. A dónde va a llegar el fútbol y el hombre con estos arrebatos de acabar con la intuición, la improvisación, la duda, los grises, las sombras. Vaya uno a saber a qué tarado se le ocurrió esto del videoarbitraje.
La palabras, que por lo general son un retrato de la realidad, (no la realidad, no nos confundamos, pero sí una versión de esa realidad infinita) dejan una primera pista y ya no hablamos de arbitraje a secas, ya ese viejo arbitraje, por más polémicas que despierte, no lleva solo el sello humano, sino el de un tipo en la cancha que está sujeto a lo que le digan las cámaras y ahora es videoarbitraje, esta palabra compuesta por la que empieza morirse el fútbol que hace rato está contra las cuerdas porque lo cuenta es la industria, la marca patrocinadora, el negocio, la caja chica, y no han dejado nada para aquel fútbol de los orígenes, el que movía multitudes, el que despertaba verdaderas pasiones, eso ya no existe es solo un triste recuerdo, un apunte para una columna, una novela, es, en definitiva, una derrota más de ese fútbol que soñamos, y que revivimos en nuestra memoria, pero que en verdad ya no existe.
La grandeza del fútbol, por más de un siglo, ha sido la enorme capacidad para generar polémicas alrededor de casi todas y cada una de las jugadas. Enganche del jugador peruano, la jugada continúa y 25 segundos después el árbitro para el partido y pita penal. Eso es cualquier cosa, pero no es fútbol. Lo han dicho muchos, entre ellos Menotti y Valdano, el fútbol es el arte del engaño. Voy por aquí, pero salgo por allá. Amago de que voy a hacer un pase y recorto hacia el centro, driblo rivales y anoto.
A dónde quiere llegar la FIFA con esta locura del videoarbitraje: el fútbol, además de los sistemas que han convertido en robots al 99 por ciento de los jugadores, ahora los quieren petrificar con el videoarbitraje. Llegaremos al punto de que el verdadero futbol habrá que ir a verlo a las plazas, a los barrios, a los pueblos, como hacíamos antes todos los domingos, e incluso como hacíamos todas las tardes después del colegio, cuando era de rigor ir a jugar y a ver las mejengas sagradas de cada día.
TALLER DE LITERATURA EL 7 DE JULIO
