(JUEVES 07 DE MARZO-2024-EL JORNAL). Alajuelense no salió goleada del Gillette Stadium por falta de actitud ni porque no tiene ADN, sino porque cometió errores infantiles impropios en un equipo profesional.
En el primer gol, Lima remata solo, sin un asomo de marca y lo que habría que preguntarse es dónde estaba el lateral, de qué paseo venía, porque nunca apareció.
Y tras el gol, la gestión colectiva y desde el banquillo del 1-0 fue terrorífica. Si antes de la anotación el New England Revolution apenas se asomba, luego fue amo y señor del partido con la complicidad rojinegra.
La Liga debió saber que la serie era a dos encuentros y no a uno. De ahí que el juego deje mal parado a los jugadores. A casi todos, con excepción de Moreira, pero también al cuerpo técnico.
En el segundo tanto, la pérdida del balón por parte de Suárez en el mediocampo, su reacción despreocupada y la culminación del gol, son un retrato de lo que es hoy Alajuelense, un equipo capaz de cometer errores que los juveniles saben que si eso sucede, hay que recuperar la pelota a como dé lugar, pero en el conjunto rojinegro tal parece que no es así, y ayer un rival de media tabla en la MLS, lo ridiculizó en todo su esplendor.
Igual sucedió en el penal, que dio pie al tercer gol, fue una pérdida de balón de Cedeño. Y lo demás ya es un cuento repetido en la Liga. Y para culminar la faena, James se hizo un lío al perder un balón que terminó en el cuarto gol.
Ante este concierto de errores, sobrevino la goleada y la serie quedó en el abismo.
Si a todo ello le suma usted un cuerpo técnico con nula capacidad de respuesta, la fiesta estaba servida para que el New England aprovechara al máximo las numerosas ventajas que le dio su extraviado e inoperante adversario.
La derrota, por ende, se explica a partir del fútbol y aquí no tiene vela en el entierro aquello de que falta actitud, entrega y hormonas. Ese es un viejo discurso que ya no vale.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
