(MARTES 24 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). Hace menos de un año se le daba por acabado. ‘José Mourinho está obsoleto. Su tiempo ya pasó. Es un entrenador anclado en sus triunfos de ayer y sus fracasos de hoy’. Esas y otras afirmaciones circulaban como la pólvora por Internet.
En ese ambiente llegó al Tottenham Hotspur después de que el equipo despidiera a Mauricio Pochettino que unos meses antes había disputado la final de Champions con el Liverpool con victoria de 1-0 para los reds.
Hoy, disputadas nueve fechas, Los Spurs son los líderes junto al Liverpool. Cuando Mourinho llegó hace exactamente un año al Tottenham, el equipo estaba a 20 puntos del líder y posterior campeón: los dirigido por Jürgen Kloop.
¿Qué ha cambiado de la fecha al presente? Para el exentrenador del Tottenham entre 2013 y 2014, lo que ha variado de manera significativa es la mentalidad que Mourinho le ha impregnado al grupo.
Les ha hecho creer que son ganadores. Les ha hecho creer que pueden ser campeones. Les ha hecho creer que quien no piensa en grande está perdido en el fútbol moderno.
Y eso ha llevado al club a tener un comienzo de temporada extraordinario. Paralela a esa mentalidad, Morinho no se anda con medias verdades. Siempre le habla a los jugadores con la cruda y real verdad. Si son trabajadores se los reconce. Si son ‘unos vagos’ en el terreno de juego se los dice sin rodeos.
Así hizo campeón de Champinos al Oporto en 2003 cuando era un equipo limitado. Así hizo campeón de Champions al Inter en 2010. Así llegó al Real Madrid, donde triunfó a medias, porque ganó la Liga pero no la Champions.
Esa mentalidad lo llevó a pensar que él podría ser el Napelón del fútbol en este siglo XXI. Quería ser el emperado y pelear codo a codo con Pep Guardiola y con los más grandes del banquillo. Se olvidó de sus humildes orígenes para escalar el Everest.
Mentalidad ganadora. Trabajo, mucho trabajo. Metas altas. Mirar al presente sin descuidar el porvenir: ese es Mourinho, quien de paso también sabe de artes teatrales, porque interpreta su personaje público a las mil maravillas, hasta el punto de meterse en el carrito de la ropa para entrar clandestino al vestuario cuando estaba castigado por UEFA. De esa manera le mostraba lealtad y compromiso a sus jugadores.
Los entrenadores que quieren llegar lejos, no estaría mal que repasaran la biografía de este portugués, quien, a diferencia de sus antepasados, no quería conquistar el mundo navegando a ultramar, sino desde un banquillo, donde lo avalan los números y su ambición desmesurada. El viejo zorro está de vuelta.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.