(VIERNES 01 DE DICIEMBRE-EL JORNAL). “Contra todo y contra todos” es la frase que ha hecho suya el Herediano, tratando de decir que detrás de la puerta hay algo que no está bien y que hay alguien que los ataca desde las sombras.
Es una frase casi calcada a la que utilizó por muchos años el Atlético de Madrid y todo el tiempo que la utilizó fue un equipo segundón, un equipo perdedor, un equipo del montón.
Me extraña, por ende, que la dirigencia rojiamarilla la traiga al presente y quiera apropiársela, porque pone al equipo en el nivel de los perdedores, incluso antes de que comience la semifinal ante Alajuelense.
Atrincherarse en que históricamente les han hecho daño, como dejó entrever el actual gerente, Robert Garbanzo, no solo es desconocer la historia del equipo en el que se trabaja, sino que coloca al conjunto florense en una delicada tesitura, pues le resta posibilidades sin que haya rodado el balón.
Herediano tiene mucha historia y grandeza para que ahora le endonsen este victimismo insustancial. No le va a sus dirigentes. No le va a su afición y mucho menos al equipo en cancha.
El hecho de que se haya sancionado a Jeaustin Campos, a una semana de la semifinal, no tiene, necesariamente, una correlación directa y, en todo caso, existía el recurso de la apelación.
Lo que sí resulta extraño es que Herediano no haya respaldado a su técnico y lo haya despedido.
Escudarse en este asunto en particular, para convertir a Herediano en víctima, sin asideros y sin hechos que respalden esa versión, es autobajarse el piso, y es una lástima, porque ello no va acorde con la historia del club.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
