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El valor de nuestros entrenadores

(MIÉRCOLES 30 DE AGOSTO-EL JORNAL). Aunque a lo largo de la historia a muchos extranjeros les bastó con tener un acento de voz diferente para marcar distancias en relación con los técnicos nacionales, lo cierto del caso es que los nuestros siempre han dado grandes resultados, tanto en los equipos como en la Selección Nacional.

No en vano la primera participación a un Mundial –Italia 90—se logró con dos viejos zorros, que conocían al dedillo el área de Concacaf, como eran don Marvin Rodríguez y Antonio Moyano Reyna, quien si bien vino de España, tenía pleno conocimiento del medio.

Hoy, por ejemplo, es digno de resaltar la naturalidad con que Vladimir Quesada dirige al Saprissa. Sin aspavientos. Sin darse aires de gran estratega y sin andar con los sistemas tácticos en cada respuesta, hizo campeón al equipo morado y en esta temporada la lleva por buen rumbo.

De modo que se debe poner en valor a nuestros técnicos, la mayoría de los cuales trabajan en condiciones de mucha limitación.

Por eso, me extraña que el nuevo Comité Ejecutivo, que comienza este viernes funciones de manera oficial, esté pensando en traer un extranjero para dirigir a la Selección mayor.

Es, para mí ,el primer error que cometerán. Un técnico que no conoce el área, y, sobre todo, la idiosincrasia del futbolista nacional, tardará al menos un año para medio enterarse. Le pasó a Steve Sampson, quien se marchó de Costa Rica y no tenía idea del carácter y la forma de ser del costarricense en general y del jugador en particular.

Si en el país tenemos entrenadores capacitados, por qué ir a fuera a buscar lo que no se ha perdido.

Apostar por un entrenador nacional es ganar tiempo, conocimiento a profundidad del jugador tico y, de paso, poner en valor el gran aporte que históricamente han hecho nuestros entrenadores al desarrollo del fútbol nacional.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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