(MIÉRCOLES 03 DE NOVIEMBRE, 2021-EL JORNAL). El Presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, se ha enfrascado en una especie de polémica indirecta con Christian Bolaños en el momento más inoportuno, cuando la feligresía debería de estar enfocada en los partidos ante Canadá y Honduras.
Ese desliz del presidente federativo es una muestra más de que las piezas no encajan. Y es una lástima, porque Costa Rica es un país amante del fútbol, y este representa más que un deporte, es una especie de sello de identidad.
Lamentablemente, como sucede en la política, las estructuras federativas permiten que a los puestos dirigenciales lleguen personas que no tienen el conocimiento óptimo para asumir esas grandes tareas.
Hoy el fútbol de Costa Rica y en concreto con la Selección Nacional es un caos. Nadie sabe a ciencia cierta quién manda, si Luis Fernando Suárez, el entrenador, o la Comisión Técnica. Nadie se explica para qué se paró el campeonato si no iba a tener ninguna incidencia en el trabajo de cara los cruciales juegos descritos.
Hay demasiados cabos sueltos y el fútbol debería de manejarse como un reloj suizo: con suma precisión. Que el balompié se rija por políticas y no por improvisaciones.
Por lo tanto, que a pocos días el presidente federativo desafíe a un futbolista que tuvo el valor de manifestarse, como lo es Bolaños, para que diga nombres concretos y busque así una confrontación, es un enorme error de cálculo.
Además, a Bolaños le debemos grandes jornadas con la Selección Nacional y con el Saprissa, y un futbolista que haya aportado tanto, merece respeto y reconocimiento, los cuales deberían de partir del líder del fútbol nacional.
A veces, se comunica más con el silencio que con palabras inoportunas. El silencio es oro, como lo descubrieron hace miles de años los orientales. Y es lo que debería de hacer Villalobos: mantener distancia y aportar desde el silencio, porque de lo contrario, entorpecerá todavía más el turbulento ambiente que rodea a la Selección Nacional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL