(MARTES 11 DE OCUTBRE, 2022-EL JORNAL). El Shakhtar Donetsk merece el Premio Nobel de la Paz de octubre de 2023 junto al resto de equipos de la liga ucraniana. Juegan y entrenan mientras la guerra contra Rusia sigue su curso.
Los entrenamientos y los partidos se suspenden cuando suenan las sirenas y todos al búnker. Es un desafío a la vida y a la irracionalidad, más allá de los intereses de cada uno de los países en esta contienda, que no atiende a humanos, sino que apunta a objetivos geopolíticos y geoestratégicos. Los humanos en esta ecuación solo son conejillos de Indias, mientras en el Kremlin y en la OTAN, con Ucrania de por medio, hacen sus cálculos.
Igor Savicevic, entrenador del Shakhtar, contó que el entrenamiento de este lunes fue sin palabras, porque solo dos de las familias de los jugadores pudieron llegar a la concentración del equipo que ahora juega en Varsovia. El resto tuvo que refugiarse y evitar las bombas y las explosiones ante el recrudecimiento de la ofensiva rusa. Estamos en el siglo XXI y todavía hay muchas guerras en este planeta tierra que se jacta de que es un lugar de paz.
Hoy el Shakhtar Donetsk enfrentará al Real Madrid en la Champions en un ejercicio más que simbólico. Enfrentar un partido al tiempo que se desconoce cómo están sus amigos, familiares y conocidos en un entorno de guerra y muerte.
Es la magia y la esperanza del fútbol. Ese tan menospreciado opio del pueblo sirve para que, por hora y media, los ucranianos del Shakhtar Donetsk vuelvan a ser niños y a soñar con un mundo mejor con un balón de por medio.
El Shakhtar Donetsk merece un reconocimiento internacional unánime en representación de todos los clubes ucranianos.