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El señorío de Ancelotti

(VIERNES 14 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). En el fútbol se ha perdido la elegancia. La grandeza ética y moral. Ahora todo parece reducirse al resultado y al dinero.

Aquellos valores de lealtad y de respetar al adversario se han ido lastrado y ya no queda nada de la nobleza inglesa que dio origen a este maravilloso deporte.

En medio de la oscuridad, no obstante, quedan algunas luces como las de Carlo Ancelotti, quien se pasea por los campos del mundo dando verdaderas “master class” como entrenador y caballero.

El Real Madrid es el actual líder del fútbol español y se prepara para jugar este domingo la final de la Supercopa ante el Athletic de Bilbao; sin embargo, en medio de esa dinámica en la que está en vuelto, tomó su teléfono para llamar a Álvaro Cervera, quien fue despedido como técnico del Cádiz.

Precisamente el Cádiz le había arrebatado un 0 a 0 en el Bernabéu al Madrid, pero el primero en reconocerse su valía como persona y como entrenador, en medio de su enorme trajín, fue Ancelotti.

Si las conferencias de prensa por el manejo de Zidane eran muy buenas, las de Ancelotti son superlativas, están un peldaño más arriba.

La prestancia, la sabiduría y, sobre todo, la humildad con que Carletto, como le dicen sus amigos, se dirige a los periodistas es una maravilla.

Quien lo oye hablar y no sabe a qué equipos ha dirigido y qué logros ha alcanzado como entrenador, pensaría que está frente a un técnico que sueña algún día con ganar así sea el más pequeño de los trofeos que en el mundo hay.

Y no, Ancelotti ha triunfado con el Bayern, con el Milan, con el PSG, con el Napoli y con el propio Real Madrid.

Su grandeza estriba en no hacer alarde ante nadie por su magnífica trayectoria, en la que hay que incluir que fue por muchos años asistente de su maestro Arrigo Sacchi.

A muchos jugadores y técnicos costarricenses, bien les valdría mirarse en el espejo de Ancelotti, quien se conduce en las alturas con un señorío extraordinario.

Demuestra así Ancelotti, que los cetros y que la experiencia solo tienen sentido si están al servicio del otro, de ese otro que los cristianos llaman el prójimo, de ahí la alegría y la sorpresa de Cervera cuando confirmó que desde Riad y en medio del trajín que significa dirigir al Real Madrid, Ancelotti le llamaba para solidarizarse por su despido del Cádiz.

Eso se llama grandeza. Y tien el sello del  gran Carlo Ancelotti.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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