(MIÉRCOLES 28 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). Hay una parte de la afición y de la prensa alabando al Saprissa del ‘casi, casi’, algo que está lejos del Saprissa histórico.
El Saprissisa que ha hecho historia, de la de verdad, de la grande, en Costa Rica, Centroamérica y Concacaf, no es el Saprissa conformista de hoy.
El haber llevado la serie a los tiempos extra contra el Philadelphia Union no debe ser motivo de orgullo para nadie, empezando por su señor entrenador, Vladimir Quesada, que tras el juego dijo que no había nada que reprochar.
Claro que hay mucho que reprochar. El mal resultado en casa y la poca estrategia para jugar los tiempos extra, cuando tenía un hombre de más.
Los grandes, los verdaderamente grandes, no se conforman con esos ‘casi casi’, que no llevan a ningún sitio, excepto al despeñadero.
Un editor que tuve cuando yo era un joven periodista, solía decir en voz alta, para que todos le escuchásemos, que los segundones no existen, que la historia no los registra, pero hoy jugar bien un tramo de partido da para portadas, podcast, alabanzas y desata un tropel de elogios que solo llaman a engaño cuando se examina a fondo la situación.
Hoy, un verdadero saprissista, tiene que sentir enojo, rabia, pena e impotencia, porque su equipo debió ir a Philadelphia con un mejor resultado y no con el futuro hipotecado en la serie.
Saprissa perdió con drama, pero los ‘casi, casi, casi’ no sirven para nada y el equipo. El fútbol, y el deporte en general, solo reconoce a los vencedores. A los otros, los aglutina entre el montón.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL