(MIÉRCOLES 25 MARZO, 2021-EL JORNAL). La sabiduría popular no tiene límites. Viene acuñando expresiones desde tiempos inmemoriales y no hay tratado serio en el mundo que no haya acudido, al menos una vez, a sus saberes, como aquel fatídico de que “cuando el río suena piedras trae”.
Por eso alguien en la Federación de Fútbol, entidad que todavía no se pronuncia sobre el fracaso en el Preolímpico, debiera decirle al señor Douglas Sequeira que según la sabiduría popular “por la boca muere el pez”.
Decir ahora que Costa Rica fue superior a Estados Unidos es un chiste de mal gusto y, encima, mal contado.
Salir ahora con que si la Selección Preolímpica “hubiera” tenido contundencia contra los norteamericanos no estaría eliminada, es retratarse de cuerpo entero. El hubiera es el país del nunca jamás. Es la eterna utopía. Y las utopías son solo eso. No son siquiera molinos de viento. Son aspiraciones inalcanzables, como inalcanzable es hoy la olimpiada en Tokyo.
Por lo tanto, que un técnico como Douglas Sequeira, que viene de fracasar a todo lo alto y ancho que le permitió el fútbol, intente maquillar ese tropiezo absoluto, hace que su discurso no solo sea totalmemente inverosímil, sino también cansino para los aficionados, que esperaban otro desenlace en Guadalajara.
Es probable que tras el 5-0 ante la poderosa República Dominicana Douglas Sequeira y compañía se planteen incluso la posibilidad de dar un seminario de cómo ganarle al ordenado, infranqueable y veloz equipo dominicano.
“Si por la víspera se saca el día” la lección en tierras aztecas no la aprendió ni Douglas Sequeira ni el presidente de la Fedefutbol Rodolfo Villalobos, cuyo silencio sobre este caso se vuelve cada vez más contundente y revelador.
Costa Rica recurre al llanto del hubiera para justificar su fracaso en el Preolímpico.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.