(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 09 DE JULIO, 2020-EL JORNAL) “Pienso que alguien debe escribir la biografía de Fello Meza, porque es la hermosa historia de un niño que se consagró a un sueño y lo convirtió en una leyenda, que debe llenar de orgullo a todos sus coterráneos”.
La afirmación corresponde a la página 144 del libro Cuando el fútbol llegó a Cartago, publicado en 1987 por Rogelio Coto Monge.
Se dice hasta la saciedad en Costa Rica que los dos mejores jugadores de todos los tiempos fueron José Rafael Fello Meza y Alejandro Morera Soto. Del primero no exite un libro que nos cuente su historia como bien lo puntualiza Coto Monge y del segundo hay solo un perfil escrito por Guillermo Villegas Hoffmeister, a todas luces insuficiente para abarcar la gran figura que significó el alajuelense.
Somos un país sin vocación histórica. Somos una nación donde la historia solo interesa a los historiadores y no a todos, tampoco.
De forma tal que a tan solo meses de que el fútbol federado alcance su primer siglo, lo que hay es muchísima historia dispersa en revistas y periódicos y unos cuantos libros de autores esforzados como Rodrigo Calvo, José Antonio Pastor y Fernando Naranjo.
Lo demás es caos y olvido. Ante tal situación, se vuelve necesario la creación del Instituto de Historia del Fútbol de Costa Rica, una iniciativa que debería de contar con el apoyo de las universidades estatales, la Federación Costarricense de Fútbol, la UNAFUT y la Academia Costarricense de la Historia.
Imagino a historiadores, periodistas y sociólogos volcados a recopilar y reconstruir la historia de nuestro fútbol con la minuciosidad con que los arqueólogos y los peleontólogos recogen su valioso material muchas veces entre escombros y olvidos.
Solo quien se mira en el espejo de la historia podrá proyectar el futuro de una mejor manera. Hoy, el país le da la espalda a cientos de jugadores que dejaron en la cancha sudor, lágrimas y talento, y si esas historias no se sistematizan y se recogen para que los jóvenes sepan de dónde venimos, nunca sabremos hacia dónde debemos ir.
¿Cuál es la identidad del fútbol costarricense? ¿Qué rasgos esenciales definen a nuestro fútbol? ¿Quiénes fueron los verdaderos pioneros que permitirán llegar a un siglo de fútbol federado? Esas y muchas preguntas podrían ser abordadas por un Instituto de Historia del Fútbol de Costa Rica.
En el país hay suficientes profesionales para dar el marco de referencia y las pautas a seguir por este Instituto. Ojalá que las celebraciones del próximo año no se queden simplemente en el protocolo y se tomen acciones claras y concretas para recoger y dotar de una sólida historia a nuestro balompié, pues de lo contrario el tiempo hará polvo cientos de hazañas de nuestros grandes futbolistas.
El Instituto de Historia del Fútbol de Costa Rica puede abrir la puerta a esas maravillosas historias que hoy las devora la polilla del olvido y de la incompetencia, y si no reaccionamos a tiempo será muy tarde para recoger el bagaje extraordinario que representa el fútbol nacional.
Los Fello Meza y los Morera Soto, así como sus hijos y nietos futbolísticos merecen una memoria histórica digna y sonora, que recoja todos los sonidos de esa banda del fútbol de Costa Rica.
*Periodista y escritor. Autor de La Gran Hazaña y Ganar con el corazón. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
