(LUNES 24 DE AGOSTO, 2021-EL JORNAL). Sí, el gol cuesta caro en doble vía: es el producto mejor cotizado del mundo del fútbol y en sentido metafórico es un don para elegidos y para aquellos que se machacan como ‘bestias’ en los entrenamientos.
Un equipo, una selección o un delantero sin gol valen poco en el mercado. Y hablo de mercado porque el fútbol es eso: un mercado persa en el que se vende y se compra caro y entre esos bienes el gol brilla como oro puro.
Erling Haaland es hoy la mayor joya del fútbol mundial. Al 8 de agosto, el delantero noruego llevaba en 60 partidos con el Borussia Dormund un total de 60 goles. Al día de hoy contabiliza más goles que partidos con la casaca amarilla del equipo alemán.
Es un auténtico portento y su reinado en el goleo se presume será largo y poderoso. Y si volvemos la vista a nuestras tierras, vemos una Selección Nacional a la que le falta gol en cada partido. Sea que juegue la Selección titular o una alternativa se vuelve siempre a la misma preocupación: la falta de gol del combinaciona tricolor.
Lo ha dicho Luis Fernando Suárez con ese no decir que tiene: “Tuvimos problemitas con el gol”. Ahh, señor Suárez, si atendemos al sentido literal de las palabras querría usted decir que es un asunto que se resuelve en uno o dos entrenamientos. Por eso atiendo sus palabras con ese dejo de ironía con que iban cargadas e intepreto que ese es uno de los mayores desafíos por antender antes de que comience la eliminatoria el 2 de septiembre frente a Panamá, en el estadio Rommel Fernández.
Sin goles no hay porvenir. Por tal motivo tras la contratación de Luis Alonso Martínez por parte del Lommel de Bélgica ese fue el principal señalamiento que se le hizo: debe mejorar su capacidad goleadora.
Y si no están convencidos, observen que Carlo Ancelotti lo primero que hizo al llegar al Real Madrid fue llamar a cuentas a Vinicius y mostrarle un nuevo camino. En 55 minutos el brasileño contabiliza ya tres goles en dos partidos y con dos definiciones de crack.
El gol, sí, el gol cuesta caro, tanto para el que compra como para el que vende, porque este último tiene que fraguarlo tras muchas horas de repeticiones e interpretaciones, de modo que, en el instante preciso, todas aquellas horas se traduzcan en anotaciones memorables.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
