(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 02 DE JUNIO, 2020-EL JORNAL). Aunque muchos insisten en que el fútbol es ajeno a la política, tal percepción nunca ha sido verdad. El fútbol, como ningún otro deporte, está entronizado en la vida diaria, de ahí su grandeza y su arraigo. El gesto del Liverpool con todos sus jugadores arrodillados como protesta por la muerte de George Floyd, engrandece a los muchachos de Jürgen Klopp, que de esa manera han querido rendirle un sentido homenaje al hombre que asesinaron por su color de piel.
Mientras la foto del Liverpool le daba la vuelta al mundo el lunes 1° de junio, en Estados Unidos miles de manifestantes salían a las calles a pedir justicia por el asesinato de Floyd.
Desde que el fútbol es, ha servido también para mostrar su descontento y asumir así posiciones más allá de la cancha.
Muchos de los jugadores de la Argentina 78, campeona del mundo, se negaron a air al homenaje que les hizo Jorge Rafael Videla, quien sostenía una dictadura atroz que, justamente, había intentado hacer del Mundial su mejor pasaporte para cambiar la imagen de un gobierno de facto y abusivo.
Y cuando todo olía a podrido en la Europa del Este, por las diferencias raciales, las primeras manifestaciones de descontento y de rivalidad se evidenciaron en las gradas de los estadios, hasta que todo se derrumbó y vino un período de horror y muerte.
En Cataluña, en los juegos del Barcelona no falta las famosas “esteladas”, que no son otra cosa que una manera de mostrar su descontento por parte de los catalanes con el conjunto de España. Por eso la frase “Más que un club”, que está pintada en las gradas del Camp Nou, no se refiere, desde luego, solo al hacer deportivo del equipo azulgrana, sino que ella es una marca de identidad para decir que el Barcelona siempre ha tenido voz en materia de asuntos políticos y de su gente.
Y es que el fútbol, con la extraordinaria exposición que tiene en los medios de comunicación del mundo, está llamado a mostrar que detrás del balón hay seres humanos que sienten y se comprometen con las causas más nobles de la humanidad.
Por ello, el Liverpool al completo arrodillado en el campo de Anfield para rendir homenaje a George Floyd, vale más que un título de Premier League y vale más, desde luego, que una Champions.