(JUEVES 23 DE JUNIO -2022- EL JORNAL). En el fútbol no hay que ser erudito para sentir las sensaciones de qué equipo está mejor que otro. Y en el ambiente se respiraba que la Liga estaba un peldaño por encima de Saprissa. Y se ha confirmado, aunque los morados tuvieron el mérito de llevar las semifinales al tiempo extra.
Como en el fútbol hablamos tanto, en esa magnitud, muchas veces, nos equivocamos. Todo aquello de que Albert Rudé no le ganaba a Herediano ni a Saprissa ha cedido a la realidad.
En el fútbol, como en la vida, tarde o temprano el que mejor se prepara, el que más horas pasa frente a los libros, el más tiempo dedique a estudiar y perfeccionar su oficio, recibirá su recompensa.
Sucedió ayer en el Morera Soto: un Alajuelense mejor en todas las líneas superó a un Saprissa que como buen guerrero apeló a sus más nobles armas para resitir e intentar dar la sorpresa.
Cuando logró el empate aparecieron todos esos fantasmas, etéreos como su propio nombre lo indica, pero al final los manudos pusieron las cosas en su lugar con lo que tanto he defendido: con fútbol.
Este deporte se gana con goles y para lograrlos no solo basta la suerte, como algunos, por ejemplo, le achacan al Real Madrid. Por eso, aquellos clubes o seleciones que no juegan a nada, entiéndase que no atacan bien, que no defienden bien y por esos azares de este deporte clasifican y avanzan y hasta ganan campeonatos, no pueden dormirse en los laures, porque en el día menos esperado, se les vendrá la noche.
Ayer, no obstante, triunfó una Liga que presentó argumentos futbolísticos más depurados que este Saprissa, al que no le alcanzaba para más.
Los rojinegros, sin embargo, mostraron serias deficiencias en la estocada final y tuvieron en Moreira a un portero inseguro, que estuvo cerca de cometer un par de errores significativos.
Se viene una final muy interesante, porque el fútbol y el carácter del Cartaginés hacen presagiar que habrá lucha hasta el último instante y nadie que haya visto las semifinales, debería de descartar a los blanquiazules, que hoy están a cuatro partidos de lograr el sueño de ser campeones.
Cuatro juegos parecen una eternidad, pero para eso está el manual del Cholo Simeone: partido a partido. Y así, paso a paso, se llega a Roma.