(MIÉRCOLES 25 DE AGOSTO, 2021-EL JORNAL). En el Clausura que terminó en junio de 2021 Guadalupe salvó la posibilidad de ir a la liguia por el no descenso en la última jornada. Alexander Vargas, su técnico debutante en Primera División, sin embargo, siempre se mantuvo en el cargo por una directriz de la presidencia del club a cargo de Antonio Basolo.
Cuando un equipo al estilo tico hubiese tenido entre tres o cuatro entrenadores en dicha temporada, los guadalupanos respaldaron a Vargas y hoy esa apuesta les permite haber comenzado el Apertura con gran acierto, al punto de que se encuentran invictos y en los puestos de clasificación.
Ello demuestra, una vez más, que en el fútbol no hay milagros. Hay trabajo. Y decir trabajo en el fútbol es que los jugadores se sepan de memoria los movimientos de sus compañeros y que con las mínimas opciones de comunicación sepan por dónde ha de ir la jugada. Son los famosos automatismos que permiten en milésimas de segundo tomar la decisión acertada.
Ahora el reto de Vargas y sus jugadores es mantener esa regularidad mostrada en las primeras siete fechas del campeonato. Sí, porque suele pasar que los equipos pequeños empiezan bien pero terminan mal. Mucho obedece a la falta de recambios y a la mentalidad ganadora que en la hora de las horas falla.
Guadalupe, no obstante, tiene la gran ocasión de confirmar que la improvisación en el fútbol y en la vida no siempre genera dividendos.
Algunos argumentarán que esta estrategia es propia de equipos pequeños, que pueden darse el lujo de no tener la presión del aficionado, pero no es precisa dicha observación.
El Arsenal con Arséne Wenger y el Manchester United con Sir Alex Ferguson son dos ejemplos sólidos de que el largo plazo funciona.
No parece ser, sin embargo, la tónica en Costa Rica, en donde en las primeras siete fechas cayeron los técnicos Andrés Carevic, Minor Díaz, Gustavo Martínez y Paulo César Wanchope.
De ahí que Guadalupe pone la nota distinta al haber mantenido a Alexander Vargas cuando la tradición indicaba que en el Clausura tuvieron muchas razones para desperdirlo y no lo hicieron, y hoy recogen esos frutos del buen administrador en tiempos de escasez y de resultados.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.