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El buscador de talentos

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). En una charla publicada hace cinco años el periodista William Mora le pregunta al exfutbolista José Manuel Chinimba Rojas, quien fue gloria del Saprissa y tuviera cuna en Barrio México, cómo ve el fútbol costarricense actual.

La respuesta pudo haberla dado ayer: antes, le explica, los equipos iban a buscar a los jugadores a cualquier parte del país, hoy abren escuelas para que los niños vengan y ya se perdió la figura del buscador de talentos.

El buscador de talentos: una frase con resonancias literarias y que huele a vida. A vida de la calle. A canchas abiertas. A potrero. A tiempos en que no todo se hacía desde un escritorio. Eran los tiempos en que el buscador de talentos busca en las plazas, en las mejengas callejeras, en la playa, alguna luz para vislumbrar a un futuro jugador.

Eso se ha perdido. En ese sentido, al fútbol le ha pasado lo que le ha ocurrido al periodismo: hoy se creee que todo es virtual. Los nuevos periodistas no saben ni siquiera qué es un reportero. Los buscadores de talento ya no existen en el fútbol. Existen los directores técnicos apegados a un manual que los vuelve miopes.

Saprissa, Alajuelense, Orión, Cartaginés, La Libertad, La Gimnástica Española, Puntarenas, Limón, Guanacaste, etc, etc, se nutrían de los jugadores que aprendían el ABC del fútbol en los partidos improvisados, en las mejengas eternas hasta que llegaba la noche.

Hoy queremos futbolistas de laboratorio. Y usted lo puede ver cada domingo en nuestro fútbol: he visto partidos en los que ningún jugador ha intentado un regate, una acción individual para romper un cerrojo defensivo.

La técnica, la gambeta, la pared parecen términos de otro tiempo y de otro deporte, pero ya no del fútbol. Se ha marginado la figura del buscador de talentos. Modernamente se le llama “visor”. Pero este “visor” es un funcionario con frac. El buscador de talentos se arremanga para salir al ruedo haya lluvia, sol, luz o oscuridad. Lo que le interesa es dar con ese joven que tiene la suficiente calidad, si se le pule, para despertar multitudes.

La Selección Nacional, que juega el sábado 10 de octubre ante Panamá, carece hoy de futbolistas destacados, de promesas que despierten un alto interés y ello, en gran parte, es producto del descuido y el abandono de las ligas menores, hasta ahora marginales y ubicadas en un tercer plano.

Para volver por la senda, nada mejor que empezar por recuperar la figura del buscador de talentos.

Cuando William Mora le pregunta a Chinimba Rojas cómo llegó al fútbol, aquel le responde: vivía cerca de la plaza de Barrio México, ahí me dejaban ocho horas al día, y en ocho horas al día es mucho lo que se puede aprender de fútbol.

Jubilemos la burocracia en el fútbol y abrámosle paso al buscador de talentos, ese personaje silencioso que tiene un ojo entrenado para saber cuándo entre el bullicio de niños detrás de un balón, hay un futuro crack.

 

*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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