(MARTES 03 DE OCTUBRE-EL JORNAL). En pleno siglo XXI en Costa Rica los dirigentes se siguen comportando como aficionados. En vez de dar el ejemplo, llevar la batuta y demostrar que el fútbol es un maravilloso juego, pero que es solo eso, un juego, hablan como si detrás de una victora o una derrota el mundo se acabase, por lo que hay que buscar responsables y cumpables, con ese halo bíblico, por si las dudas.
Veo con asombro las declaraciones en su Twitter, que seguirá siendo Twitter incluso a pesar de Elon Musk, de Juan Carlos Rojas y dicen lo siguiente: “Líderes… Duela a quien le duela. Paso a paso, vamos adelante, con todo. Miércoles hay que ganar, no hay de otra. No es casualidad #AquiSeAlienta #SaprissaDeCostaRica”.
Veo, también, que el vocero de Alajuelense Marco Vásquez señala a Keylor Herrera por el mal resultado de la Liga frente a Liberia: “Keylor Herrera incidió directamente en el resultado”.
No me imagino a Florentino Pérez y a Joan Laporta buscando ansiosos micrófonos tras un partido para acusar a este o a aquel del mal juego de su equipo.
Olvida la dirigencia del balompié nacional que estamos en el siglo XXI y que no estaría de más que algunas cosas cambiaran para bien, como tratar de entender más el fútbol, para analizarlo mejor y dejar de asumir premisas falsas.
Además, el ejemplo, la elegancia, la altura, la cortesía, las luces, la grandeza, debe partir de la dirigencia para que permee a los aficionados, que entiendan que la razón en el fútbol y en la vida es determinante para llegar a buen puerto.
En vez de ello, cuando veo, escucho y valoro cómo se comportan los directivos, me transporto a comienzos de los años noventa y en este aspecto no ha cambiado nada.
Seguimos siendo pueblerinos, aldeanos, con poca cultura futbolística y sobre todo que continúa imperando la mirada del aficionado, del hincha, del torcedor, Dios mío, en qué charco nos hemos caído.
Un presidente de un club como Saprissa no puede salir a alardear por un resultado como si fuera un aficionado y Juan Carlos Rojas lo hizo apenas su equipo alcanzó el liderato, y no puede un vocero de un equipo como la Liga, comportarse como un hincha más, que alguien le explique cuál es la función de un verdadero vocero.
¿Dirigentes o aficionados? No hace falta responder.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL