(MIÉRCOLES 22 DE NOVIEMBRE-EL JORNAL). México clasificó anoche a la Copa América, gracias a la complicidad absoluta del árbitro salvadoreño Iván Barton, cuya decencia quedó en entredicho de forma abrumadora, al conceder 10 minutos extras cuando el equipo azteca ganaba 1-0, y así le decía adiós al principal torneo entre selecciones de América Latina.
Honduras, heroica, gallarda, resistió con todas las fuerzas que tenía, e incluso tuvo la valentía de aguantar 30 minutos de tiempo extra, pero estaba escrito que México, que mueve mucho dinero, debía de estar en la Copa América.
De esta manera, Concacaf nos devuelve a la caverna, en la que primaba la ley del más fuerte, y las luces y las sombras que se proyectaban tenían un efecto demoledor sobre la realidad, como sucedió ayer, cuando Barton, títere de la Confederación, sabía que de ahí solo podía salir un ganador y ese era México.
Da coraje y vergüenza. Es volver a los tiempos de Havelange. O más bien, constatar que nunca fueron superados esos tiempos y hoy vivimos esos vestigios que sostienen que hay selecciones que sin mérito, sin fútbol, pero sí con mucho poder económico, deben imponerse.
Impecable el trabajo de Honduras. Ese video deberían de pásarselo a las autoridades de la Federación Costarricense de Fútbol para que constaten cómo se enfrenta una eliminatoria cuando de, entrada, se asume que el otro es superior, porque lo dicta la historia y los ajustes por debajo de la mesa.
Honduras debió pasar la eliminatoria y si no lo hizo fue por factores extradeportivos y sacados de la manga por ese títere llamado Barton, cuya dignidad arbitral es inexistente.
Cuando se le arrebata a una Selección una clasificación de forma tan descarada como ocurrió en el México-Honduras nos damos cuenta de que el fair play de la FIFA no es más que una broma de malísimo gusto.
Lo preocupante, más allá de lo sucedido, es que el efecto dominó del descaro de Concacaf ahora obligará a Costa Rica a enfrentarse a Honduras, a una Honduras que viene de una crisis peor que la de la Selección, pero ya da visos de una recuperación, mientras acá en el país seguimos con discursitos, storytelling, power point y a bancarnos, qué más da.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL