(LUNES 15 DE ENERO-2024-EL JORNAL).Joel Campbell ha demostrado que es un jugador inteligente. Y lo ha demostrado tanto dentro como fuera de la cancha. Ahora, al comienzo del Clausura, sabedor de que Alajuelense carga con una pesada cruz, le ha propuesto a Saprissa jugar al ajedrez y su estrategia le ha dado resultados inmediatos.
Tras el juego frente a Sporting, Campbell sostuvo que el ADN en el fútbol no existe. Dejó, por lo tanto, entrever que es una invención humana y para fortalecer sus argumentos sostuvo que echáramos un vistazo a la conformación de los equipos en el ámbito internacional.
Todos vienen de afuera, insinuó, para reforzar la idea de que lo que cuenta es el compromiso, la entrega y la calidad. En ello lleva razón, pero en Saprissa se apresuraron a aclarar que el ADN sí existe, y que Campbell está equivocado.
Respecto a lo del ADN, el jugador manudo tiene claro que lo afirmado no se ajusta a la realidad, que en equipos como el Real Madrid, Barcelona, Bayern Munich, Manchester United, etc., hay un ‘algo’, una forma de encarar el mundo que los distingue.
Lo mismo sucede con Saprissa y la Liga, donde hay maneras de ver el mundo que se transmiten de generación en generación, pero para Campbell eso no es importante, porque lo trascendente era generar el debate que se ha suscitado y en el cuadro morado cayeron como conejillos de indias en la estrategia del ahora delantero rojinegro.
El solo hecho de poner el debate encima de la mesa, hace que Alajuelense se empiece a quitar ese hierro de encima, que lo señala como un equipo que no respeta su ADN y tampoco a sus ídolos.
El ADN existe en el fútbol, de eso no hay duda, y es ese sello que distingue a un equipo del resto en el planeta, pero también es cierto, que sin compromiso, sin inteligencia, sin un plan de partido y sin visión de futuro no se llega a ninguna parte, he ahí por qué la salida de Campbell es una invitación al saprissismo a jugar al ajedrez y de momento él va ganando la partida.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
