(MARTES 10 DE OCTUBRE-EL JORNAL). Declaraciones poco claras y poco precisas del director de Selecciones Nacionales, Claudio Vivas. Demora innecesaria. Nombres que se borran automáticamente. Exclusión de los entrenadores costarricenses sin una razón de peso, al menos de manera pública, por parte de quienes lo van a escoger.
Miembros que de fútbol sabe poco o nada, como don Leonardo Vargas y el propio Osael Maroto. ¿Quién manda en la escogencia del técnico? ¿Quién finalmente impondrá su criterio?
Algo no anda bien en la escogencia en el nuevo entrenador para la Selección Nacional. Y eso se percibe a leguas, aquí hay gato encerrado y hay muchas especulaciones, porque eso se alimenta incluso desde la Federación Costarricense de Fútbol, que no ha sido capaz de decir, estos son los finalistas para el puesto.
Hmmm, cuando el río suena piedras trae. Extraño fútbol este de Costa Rica. No avanza en casi ningún aspecto y en el dirigencial tampoco se avizoran tiempos mejores.
Quizá, mientras prevalezcan las viejas estructuras, habrá que ir quitando andamio por andamio y mientras tanto, las restantes selecciones del área crecen más rápido y mejor.
La escogencia en torno al futuro entrenador deja muchas dudas. El hecho mismo, de que pareciera de que la Federación está esperando a un candidato, ya es un mal síntoma. No obstante, es solo el síntoma de un mal mayor: no existen verdaderos parámetros y parámetros objetivos para dicha elección.
Será, en definitiva, un capricho más de un dirigente y como diría el bolero, de capricho en capricho se van consumiendo las horas y los aciertos.
Cuando el hoy centenario Henry Kissinger obtuvo el Premio Nobel de la Paz, la periodista Oriana Fallaci dijo: “Pobre Nobel, pobre Paz”. Hoy habría que parafrasear a la gran periodista italiana y decir: “Pobre fútbol, pobre Selección”.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL