(LUNES 20 DE MARZO 2023-EL JORNAL). Érase una vez un maravilloso deporte llamado fútbol que va camino a la desaparición por un invento llamado VAR.
La idea de que la tecnología, toda la tecnología, nos mejora es un error como el tamaño de China. Ya en Superficiales, que está haciendo internet con nuestras mentes, Nicholas Carr advertía de que la red nos volvía menos inteligentes, para decirlo con un eufemismo de lunes por la mañana.
Ayer el clásico entre Barcelona-Real Madrid se definió por un fotograma. La pregunta ya no es si fue una magnífica jugada, sino que la pregunta es: ¿qué fotograma elijo? Según la elección, habrá fuera de juego, será o no penal, y si ese fotograma no me sirve a mis intereses, retrocedo la jugada, una, dos, tres, cuatro, cinco acciones para encontrar algún fallo e invalidar el gol.
Es una pena enorme lo que se está haciendo con el fútbol y lo más triste es que muchos no se enteran, creyendo que de verdad al balompié lo mejora el VAR, lo hace más justo, dicen algunas voces que nunca han ido a misa, ni siquiera en Semana Santa.
La belleza del fútbol expresivo, de esas paredes salidas de la nada, de esos goles de larga distancia va camino a la extinción, sí a la extinción, porque el fútbol es un animal fantástico al que el negocio del VAR se lo está cargando.
En el nombre de la tecnología se lo están cargando y eso adultera resultados, la belleza en sí del juego y crea una ficción, cuando hasta hace cuatro años lo que veíamos en las gradas era euforia, celebración, humanidad, ahora hay que esperar a que Bruselas o Washington validen el gol que se anotó en el Bernabéu o el Camp Nou.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y EL JORNAL
