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Acosteño hace romería de más de 250 kilómetros desde San Vito en agradecimiento a la Virgen de Los Ángeles

Óscar Andrés Esquivel (primer plano) en ruta, desde San Vito de Coto Brus hasta Cartago, a pagar una promesa a la Virgen de Los Ángeles.

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 31 DE JULIO, 2019-EL JORNAL). Como agradecimiento a un “milagro” concedido por la Virgen de Los Ángeles en torno a la salud de su padre, Óscar Andrés Esquivel realiza una romería desde San Vito de Cotobrus y tras una travesía de más de 250 kilómetros llegará a rendirle agradecimiento a La Negrita.

Debido a un accidente sufrido por Óscar Esquivel (el padre) que lo tuvo en cuidados intensivos durante un largo tiempo, su hijo prometió hacer la romería si la «virgencita» le devolvía la salud a su progenitor.

La romería la comenzó Óscar Andrés el miércoles 24 de julio, con salida en San Vito y el recorrido incluye los siguientes lugares: De San Vito a Sabanilla (18 kilómetros). De Ahí a Paso Real (28 kms)  Luego a Santa Marta, Buenos Aires (40 kms). A La Fortuna de San Pedro (26 kms). Casa Sinaí (38 kms). A Nivel (40 kms). Nivel a Macho Gab (43 kms).

“Hay ampollas, dolores musculares. Dolores físicos. Dolores musculares, pero puede más la fe. Cuando mi señor padre –Óscar Esquivel—tuvo el accidente yo le ofrecí esta camina y Dios me la está concediendo. Aún nos falta. De Macho Gab iremos a Casa Mata y de ahí a Cartago. A la 1 p.m. estaremos llegando a la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles. Aunque hay dolores musculares y físicos hay más fe”, dijo Óscar Andrés mientras se escuchaba su voz agitaba por el cansancio y el esfuerzo.

A Óscar Andrés, quien es oriundo de Guaitil de Acosta, lo acompañan, entre otros, el padre Enrique Ureña. Convencido de que la fe mueve montañas y de que La Negrita le hizo el milagro al devolverle la salud a su padre, camina venciendo los dolores físicos y los desafíos de la carretera, porque a la Virgen de Los Ángeles no se le puede fallar.

«Paso de fe», con este lema, Óscar Andrés y sus compañeros esperan arribar al pie de la Basílica a rendirle culto a esa madre celestial que les infundió el aliento para alcanzar la meta.

El apoyo del grupo es crucial para no desmayar cuando arrecian los dolores musculares.

 

El agradecimiento por el favor concedido por La Negrita está por encima de cualquier desafío físico: 250 kilómetros de caminata.

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