Es un maestro en el manejo de las conferencias de prensa
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 22 DE DICIEMBRE, 2017-EL JORNAL). Una parte de la afición del Real Madrid pudo haber estado incómoda con la titularidad indiscutible de la famosa BBC (Bale, Benzema y Cristiano), hace unos meses, porque a pesar de que son megaestrellas, no siempre cumplen a cabalidad con lo que demanda un club como el merengue.
Lo que nadie puede negar, no obstante, es el manejo, la educación, el crack que hoy es Zinedine Zidane en las conferencias de prensa. Quien le haya preparado para ellas es un monstruo en comunicación y solo es intuición el francés es un maestro.
Son muchas las ocasiones en que Zidane ha dado muestras de ingenio, respeto y fantasía para responder a un periodista: en ello es tan bueno, o mejor, que cuando vestía las camisetas de la Juventus o del propio Real Madrid.
La última anécdota la protagonizó este viernes, día previo del clásico Madrid-Barcelona, luego de una pregunta larguísima, que más que pregunta fue comentario, afirmación, confesión y casi una clase de parte de un periodista japonés.
Ante aquel mejunje, pongamos por ejemplo Hernán Medford, el exitoso técnico del Herediano, habría explotado en insultos y amenazas, pero el que estaba al frente, para dicha del periodista japonés, era Zinedine Zidane.
Pese a la compleja situación, en la que el periodista le pedía que dijera y explicara, un día antes, cómo iba a jugar el Madrid, Zidane trató de hilar una respuesta pero no pudo, porque la sonrisa lo superó a mitad de camino.
Su respuesta fue como para romper el protocolo e ir abrazarlo, como si acabase de anotar en el minuto 91 de una final de la Copa del Mundo. Y no crean que no es un hombre que no se enoja, solo que ha aprendido de los errores, en especial, de aquel cabezazo contra el italiano Materazzi en la final de 2010 en el Mundial de Alemania.
No fue, claro está, una sonrisa de burla; no, todo lo contrario, fue una sonrisa de comprensión, de humor, de respeto hacia el comunicador.
Muchos técnicos costarricenses deberían de estudiar las conferencias de Zidane para aprender elegancia, urbanidad y altura: es un verdadero crack, al demostrar que se puede ser elegante y a la vez contundente.
Ahora que existe Internet, ya no hay excusa para salir con esos comportamientos irrespetuosos, que al primero que dejan en evidencia es al genio del berrinche y del insulto innecesarios, con su limitada cultura y su pobre capacidad para manejar las emociones.
Gracias, Zidane, por esas magníficas lecciones de grandeza frente a la prensa.
*El autor es periodista y escritor, y director de EL JORNAL