(LUNES 04 DE SEPTIEMBRE-EL JORNAL). Vladimir Quesada aduce que la balanza en el clásico se inclinó por la actuación del árbitro William Mattus en las áreas, al pitar una mano y otra no, y en ello lleva la razón en un cien por ciento, aunque no guste que lo diga el entrenador que perdió el juego.
Lo otro que también quedó claro es que Alajuelense, en el balance general, fue mejor que Saprissa, pero muchas veces esta situación no basta para ganar un encuentro.
El de ayer, domingo, fue un partido bien jugado en la primera parte, pero en la segunda hubo un bajonazo de juego de ambos equipos, y a partir de ahí surge un elemento que debe de preocupar a los dos clubes.
Y es el manejo que hicieron sus técnicos de sus variantes. En el caso de los morados, el haber sustituido a Ulises Segura y a Ariel Rodríguez, cuando ambos eran dos de los mejores, vuelve a sembrar dudas respecto a la manera en que en estos casos procede Vladimir Quesada.
En la acera de enfrente, los cambios que introdujo Andrés Carevic, también, no produjeron nada extraordinario y tengo la sensación de que en la interpretación del juego, cuando ya la pelota empieza a rodar, hay ‘debe’ de ambos técnicos, aunque no es un mal exclusivo de ellos.
Peor, por ejemplo, le pasó a Paulo César Wanchope, quien a pesar de que iba perdiendo contra Liberia, cuando su rival se quedó con diez jugadores al término del primer tiempo, no hizo ninguna variante significativa en el campo y luego, cuando se le lesionó Christian Martínez, introdujo en su lugar a un contención, en vez de intentar darle la vuelta a la situación.
Me parece, insisto, que en este campo nuestros técnicos dejan vacíos y dudas. Y en el clásico ni Vladimir ni Carevic fueron capaces de sacar provecho de las posibilidades que tenían en el banquillo.
Al final, el juego premió al equipo que mejor desempeño tuvo, con la salvedad de que la mano de Iance Lawrence fue del tamaño de una catedral, y era penal indiscutible, en lo que lleva toda la razón el técnico morado, que está bien que haya alzado la voz, porque la cultura de la mojigatería hay que desterrarla del fútbol nacional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL