(MARTES 19 DE MARZO-2024-EL JORNAL). He observado con preocupación el debate que se generó tras los gritos contra Vinicius Jr. en el Sadar el domingo pasado –17 de marzo–, en el que una parte de la grada gritaba impunemente: ‘Vinicius muérete’.
Algunos periodistas y comentaristas españoles, contrarios al Real Madrid, han querido justificar en que Vinicius es provocativo, y sin decirlo, dejan entrever que se lo merece.
Nadie, por un partido de fútbol, jamás merece esos cantos retrógados en pleno siglo XXI. Eso en primer lugar, y todo gran futbolista, desde Pelé pasando por Maradona, Cruyff y Di Stéfano es ‘provocativo’ en el campo.
Hay una anécdota que se cuenta en Gracias, vieja, el libro que recoge la biografía de Di Stéfano con la ayuda de los periodistas Enrique Ortego y Alfredo Relaño, en el que el jugador del Madrid escucha a su entrenador decirle que hable menos en la gramilla, es decir, que se calle, porque Di Stéfano hablaba hasta por las orejas, a lo que el crack argentino-español respondió: si quiere me saca, porque no puedo jugar callado.
Vinicius Jr se equivoca en algunos momentos, pero no se le puede pedir que sea Rodrygo, o Federico Valverde, cuyo carácter les permite desarrollar su juego con un estilo más silencioso.
Vinicius no, Vinicius es un volcán, necesita que se encienda una llama para ir contra el mundo y a conquistar el mundo. Y después de ser Vinicius ‘Carambola’, porque no le metía un gol a nadie, se convirtió, gracias a Ancelotti y compañía, en una superestrella, cuyas primeras luces apenas vislumbramos.
En ese contexto, que tenga que sufrir gritos como ‘Vinicius mono’, ‘Vinicius, muérete’ y otras lindezas, solo porque es negro, es una barbaridad en España y en la Conchinchina.
De modo que cuando escucho y veo a periodistas tratando de justificar las agresiones al futbolista brasileño, lo que me da es pena, de comprobar el deterioro demoledor de nuestra profesión.
Racismo, xenofobia, vejaciones, muñecos de Vinicius ahorados: póngale el término o la imagen que quiera, pero el balompié es para mejorar a la raza humana, no para que en él se muestren todas sus bajezas. Y de las amenazas a los hechos hay una delgada línea roja.
Un ‘Vinicius, muérete’ es inaceptable en toda regla y el fútbol no da para tanto, porque si así fuera, habría que dedicarnos a otra cosa. Al rugby o al padel.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL