(LUNES 12 DE AGOSTO, 2024- EL JORNAL). Los Juegos Olímpicos París 2024 fueron espectaculares de principio a fin. Tanto en su desarrollo estrictamente deportivo como en lo organizativo. Un ejemplo de que la especie humana puede ponerse por encima de sus rencillas y mezquindades cuando se lo propone.
Los Juegos desataron una falsa polémica cuando algunos se sintieron aludidos por una escena de la inauguración, la cual, supuestamente, ofendía a los cristianos. Fue tan falsa la polémica que el Papa Francisco no dijo una sola palabra al respecto, aunque en redes sociales pusieron en boca suya llamados a defender a La última cena.
En el caso costarricense, los Olímpicos tuvieron la emoción con base en la participación de Brisa Hennessy, que logró un cuarto lugar que significó en términos sentimentales un oro, dado que debió enfrentar a las mejores del mundo y estuvo cerca de una presea hasta el último momento.
Y así como empezaron con una inauguración con todas las luces, las Olimpiadas tuvieron un cierre de película, con el actor Tom Cruise recogiendo la bandera que París pasaba a Los Ángeles 2028.
El deporte, más allá de las tensiones políticas que estaban de por medio en un mundo tan convulsionado como el actual, demostró que saca lo mejor del espíritu humano y que sirve de inspiración y consuelo cuando paralelamente a las justas, las bombas israelíes, por ejemplo, seguían matando inocentes.
Y ver a Tom Cruise ‘volando’ para recoger el testigo de la próxima Olimpiada, le pone a Los Ángeles el listón muy alto, en lo que debería ser una nueva manifestación de la grandeza de la raza humana.
Unos Juegos Olímpicos París 2024 de película en todos los sentidos.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL