(SÁBADO 07 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). Una resolución de la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA) con la que sueña intervenir en las próximas elecciones en Nicaragua, evidenció recientemente la profunda división que experimenta ese viejo organismo regional controlado por Estados Unidos. El documento aprobado el 4 de noviembre, es algo así como colocar una pistola en la cabeza del Presidente Daniel Ortega, pues si las pretensiones de esa organización no son acatadas, se desconocerán los comicios.
Por 20 votos a favor, de los 34 países miembros la OEA, se aprobó la resolución que exige al gobierno constitucional de Nicaragua reformas ya del sistema electoral, o a más tardar en mayo de 2021, antes de las elecciones generales previstas para noviembre de ese mismo año.
Si se considera que la resolución dicha contó con el voto del gobierno de “fantasía” del venezolano Juan Guaidó, el escrutinio queda en 19 de 34 posibles, lo que quiere decir que el llamado “grupo de Lima”, genuflexo a Washington, fue utilizado otras vez para lograr tan raquítica mayoría. Es decir, 19 se arrogan la potestad de desconocer la organización constitucional de cada Estado; mientras 15 aún recuerdan la existencia del Derecho Internacional y los alcances jurídicos de la autodeterminación.
Guaidó no participó en ninguna elección presidencial, pero en la República Bolivariana de Venezuela fue designado como “presidente interino” por la Casa Blanca y su investidura como “gobernante” estuvo matizada desde el momento mismo que sus seguidores le instalaron una tarima en un parque de Caracas, lo subieron porque en un primer intento sufrió un resbalón, y desde allí dio su “discurso ” inaugural ante unos 400 frenéticos asistentes.
Si bien no controla ni siquiera la cuadra del lujoso apartamento donde radica, cuenta con las principales redes sociales y un selecto grupo de periodistas con fines propagandísticos, así como el lugar que dejó Venezuela en la OEA.
Siguiendo el guion que depuso el año pasado a Evo Morales en Bolivia, la OEA exige prácticamente que sean sus observadores quienes determinen en Nicaragua si el presidente electo en noviembre de 2021 asume o no.
A partir del punto 2 del pronunciamiento de la OEA, trata a Nicaragua como si fuere una colonia, pues exige que el organismo hemisférico tome control de una serie de prerrogativas que antes se suponían eran resorte exclusivo de los pueblos, en cuanto a la manera de organizarse internamente.
La OEA manifiesta su inconformidad por el sistema electoral nicaragüense y reta a las autoridades del país vecino a reformas electorales y cambios (reestructuración) del Consejo Supremo Electoral (CSE), antes de que el Estado convoque a elecciones generales.
Considera que el CSE está controlado por el oficialismo y pide al Gobierno nicaragüense que acepte el despliegue “amplio y efectivo” de misiones de observación electoral integradas por observadores internacionales “independientes” como ellos.
En Bolivia, porque el Tribunal Electoral estaba controlado por el oficialismo, según la OEA, ella desconoció el triunfo de Morales en primera ronda, propiciando la usurpación del poder durante un año por militares y los miembros de la más rancia burguesía local.
Aunque el partido de Morales garroteó a los candidatos de la OEA en las más recientes elecciones, un año de golpe de Estado fue suficiente para que saquearan los fondos públicos, privatizaran estratégicas empresas, la corrupción campara en las compras de medicamentos para combatir la Covid 19, los jefes militares y policiales se enriquecieran con la adquisición de armamentos, y allegados al gobierno cerraran jugosos negocios con el alquiler de edificios.
En contraste, la OEA en un documento dado a conocer este fin de semana , destacó que en los Estados no observó anomalías en ocasión de las elecciones presidenciales norteamericanas del pasado 3 de noviembre.
El presidente Donald Trump, por el contrario, es del criterio que nunca en la historia de Estados Unidos se había fraguado tan monumental fraude electoral, como en los comicios en que resultó electo el también empresario Joe Biden.
Aunque los estadounidenses empezaron a votar por correo con 15 días de antelación al 3 de noviembre, fue hasta cuatro días después que la “democracia norteamericana” tenía supuestamente a Biden como ganador. “Supuestamente”, entre comillas, porque Trump dijo que recurrirá a la Corte para impugnar “el fraude”.
Periodista, abogado y notario UCR.