(JUEVES 09 DE ENERO, 2025-EL JORNAL). A falta de que la dirigencia vuelva su mirada a los técnicos nacionales calificados para dirigir a la Selección Nacional, la llegada de Miguel Piojo Herrera puede verse como una oportunidad de trabajar al más alto nivel con un técnico que llega en horas bajas, pero con ansias de demostrar que todavía puede aportar al crecimiento de un equipo joven como es el de Costa Rica.
En ese contexto, y tomando en consideración que Herrera fue elegido de rebote, al descartarse Ignacio Nacho Ambriz por cambiar sus pretensiones salariales a última hora, el extécnico de la Selección de México y de Xolos y del América, entre otros, se convierte en una buena opción.
Ello por cuanto sabe cómo funciona la dinámica con una selección y no sufrirá, por ende, del síndrome de Gustavo Matosas, que tuvo problemas de aburrimiento, y también porque Herrera no le rehúye al hecho de tener que trabajar con futbolistas jóvenes.
Además, con las facilidades tecnológicas y de aviación que hay en la actualidad, las distancias entre México y Costa Rica se han acortado, de modo que el nuevo seleccionador puede sentirse como en casa con cierta facilidad y si tuviera que trasladarse a su país por alguna contingencia, no tendría mayores dificultades.
Lo que resta ahora es que Herrera y sus tres asistentes, incluido el preparador físico, hagan de Costa Rica su casa temporal y empiecen a trabajar con ahínco, sabiendo que esta es una nación subdesarrollada en todo sentido, comenzando por los campos en los que se practica el fútbol.
Al fin y al cabo, aunque no me gustó el hecho de que solo hubiera mexicanos en la terna, porque la presencia de los hermanos Barros Schelotto no fue más que un relleno, la Federación Costarricense de Fútbol terminó por encontrar un buen entrenador.
Ojalá que el Piojo, como decía el colega mexicano Francisco Paco Redondo, haya madurado y realice una magnífica labor en el fútbol costarricense, que necesita mejorar mucho y la Selección Nacional es la mejor vitrina para promocionar nuestro balompié.
