(JUEVES 25 DE AGOSTO, 2022-EL JORNAL). El país tiene una mina de oro a sus pies y no se ha dado cuenta.
Costa Rica puede convertirse en un semillero para exportar jugadores a ligas europeas, aunque la competencia con los grandes país de Suramérica y de Europa del este sea brutal.
El anuncio, ya oficial, de Jewisson Bennette con el histórico Sunderland no es ciencia ficción: es realidad. Eso le cambiará la vida al jugador, a su familia y traerá recursos frescos al Herediano.
Es una operación definida como un ganar-ganar. La pregunta que habría que hacerse es por qué el fútbol nacional no ha visto esa mina de oro que tiene al alcance de establecer un sistema serio de detección y preparación de jugadores para el mercado internacional.
Argentina, Brasil y Uruguay lo hacen de manera automática. Tienen el mercado al alcance de un clic. Costa Rica puede ir ganando terreno en los países nórdicos, por ejemplo, e incluso en la segunda división de Inglaterra (Championship) y así abrir unas puertas inimaginables. Ya está el caso, también, de Brandon Aguilera.
Para que este milagro se materialice se requieren dos elementos esenciales: visión e inversión. Visión porque hay que ver más allá de nuestro campeonato. Inversión porque hay que contar con condiciones adecuadas en cuanto a instalaciones y pagar profesionales bien remunerados en ligas menores.
El resto será soñar despierto. La última palabra la tienen los dirigentes. ¿Estarán dispuestos a cambiar el ‘chip’?