(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 11 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL).
Rafael A Ugalde Q. *
Para el constitucionalista “socialdemócrata”, Rubén Hernández, las convenciones colectivas de trabajo ya deben prohibirse (La Nación 10/10/2020)
Lo cierto del caso es que, mientras los llamados “sindicatos blancos” y la “izquierda light” sigan sin comprender el final del partido jugado, todo el movimiento popular irá, irremediablemente, de tumbo en tumbo. Unas veces utilizado electoralmente, otras traicionado por “líderes” inescrupulosos y las más de veces desarticulado y rociado con gases lacrimógenos por las élites del poder.
Cualquier observador sin mucha fisga descubriría que las organizaciones sindicales de tinte socialdemócrata nacieron aquí como juego de la “guerra fría” para mediatizar a la gente contra el “comunismo”. Gracias a este servicio prestado obtuvieron gollerías en las instituciones estatales después de la guerra del 48.
El matrimonio entre el Partido Liberación Nacional (PLN) y estas organizaciones fiscalizaba, en la práctica, que los puestos de decisión estuvieran a cargo de alguien que garantizara todo el control de las élites.
Sin embargo, en el siglo XXI hay otros paradigmas, donde los “sindicatos blancos” hacen a veces de bufones; y aunque ya no tienen las prebendas de antes, no dejan de obtener una que otra miga de las que caen de la mesa de los dueños de la fiesta.
La huida del exlegislador José Miguel Corrales del Movimiento Rescate Nacional, así como de grupos sindicales e incluso la izquierda “light”, que pretendían dar oxígeno al PLN para las elecciones venideras, pone de nuevo en discusión hacia dónde van los trabajadores costarricenses y sus niveles de articulación con otros sectores, por encima de la misma organización en sí. Ya sabemos que se adujo la infiltración del narco en las justas protestas cívicas, a fin de salir espantados y abandonar así la lucha contra el Fondo Monetario Internacional (FMI); pero eso no es el fondo del asunto.
Como se recuerda la exlegisladora del Frente Amplio (FA) y ministra del Instituto Nacional de las mujeres, Patricia Mora, en lo más caliente de las protestas llamó vehementemente a que se le devolviese al país la “institucionalidad democrática”.
Es una “institucionalidad democrática” que merece revisarse. Por ese mismo término caminó Corrales, Ignacio Santos de Teletica, el Ministro de Seguridad, Michael Soto y hasta un curita cuyo nombre olvidé. En el país, según datos de 2017, había 1.092.403 de personas en condición de pobreza, de éstas, 306.510 de manera extrema. Respecto a los hogares, para el mismo año 305.231 están en condición de pobreza, y de ellos 86.663 de manera extrema. En puntos porcentuales esto representa un 20,0% de pobreza total y un 5,7% de pobreza extrema. (https://delfino.cr/2018/01/pobreza-costa-rica-datos-silencios-sombras). No había pandemia. ¿Quiénes son los que rompen la “institucionalidad democrática?
DEL COMUNISMO AL NARCOTRAFICO
Corrales, regresó “espantado” de San Carlos. Olvidó que luchaban además para que muchas grandes empresas privadas pagaran impuestos, para que el gobierno deje de favorecer a sus allegados, entre otros puntos. Está publicado, por ejemplo, que 92 empresas relacionadas con los 12 directivos de Horizonte Positivo tenían una morosidad con Hacienda y la Caja por ¢315,7 millones, en tributos y planillas (https://semanariouniversidad.com/pais/directiva-de-horizonte-positivo-acumula-deudas-por-%E2%82%A13157-millones-en-ccss-y-hacienda/).. Y se sabe por este influyente periódico que hay más de un centenar de grandes contribuyentes que reportan pérdidas o cero ganancias ante Hacienda.
Empero, Corrales no deja de tener razón. Solo en 2018 se decomisaron 32.6 toneladas de cocaína en el país; en tanto en 2015 pasaron 1200 toenadas de cocaína proveniente, principalmente, de Colombia.
Resulta difícil de creer, excepto que a todos nos tengan como idiotas, que la dama o el “carajillo” que colocaba llantas y palos en la calle para ser escuchado, son quienes tienen cuentas bancarias para lavar dinero y expertos financieros que les orientan en qué país o bolsa invertir.
Los expertos en temas de narcotráfico coinciden en que la actividad de estos grupos es de carácter transnacional y que coparon prácticamente todas las principales ramas económicas.
La ubicación del país, en una zona intermedia, ha servido para que sirva de puente en el lavado de dinero.
Sin embargo, a pesar de las miles de toneladas decomisadas, nunca hemos visto en conferencia de prensa a quienes iban dirigidos los empaques de cocaína “cazados” en alta mar. A lo sumo, vemos el desgraciado conductor de la lancha, el asistente y cualquier otro de tercer o cuarto mando. ¡ Esto sí es misterioso!
Por tanto, presentar una protesta nacional de los más diversos sectores como subproletarizada por el narcotráfico, no solamente es vil y falsa – el pueblo no introdujo el narcotráfico y más bien es víctima del negocio -, sino que agrede la más elemental inteligencia, como cuando presentaban toda lucha sindical como “comunista”.
Es la versión más siniestra de la nueva guerra fría. Según el periodista Lafitte Fernández. No obstante, lo que parece es que el comunismo también asustaba a Corrales.
Muchos bemoles en su salida. Lo cierto del caso es que el movimiento sindical y el movimiento popular costarricense siguen debilitados. Las élites gobernantes, mientras tanto, se frotan las manos, porque sigue en pie el reparto y la fiesta de bienes nacionales.
*Periodista y abogado.