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Un reportero con una curiosidad infinita

Miguel Salguero hizo muchos oficios en su vida, pero su verdadera vocación era la de periodista.

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 22 DE MARZO, 2018-EL JORNAL). Miguel Salguero (1 julio 1933-21 de marzo 2018) fue un periodista por vocación y con formación autodidacta, explicó el escritor y periodista Carlos Morales, quien compartió con el reportero de Acosta varios años en el diario La Nación.

La noche del miércoles 21 de marzo, Salguero falleció en el Hospital Calderón Guardia, tras sufrir una caída. Hoy, jueves, será velado en la Funeraria del Magisterio, en el Paseo Colón y el sábado será su sepelio en Acosta, tierra de la que era originario, dado que había nacido en el distrito de Guaitil.

Morales expresó que a menudo llegaba la noticia de que el “jeep” de Miguel se había quedado varado en algún río, lo que al director de entonces, Guido Fernández, realmente le fascinaba, tras comprobar que Salguero estaba a salvo.

“Miguel Salguero fue un hombre múltiple con una vida sumamente activa. Era un espíritu inquieto desde muy pequeño. Quería explorar todas las posibilidades de la vida. Eso es muy periodístico. Era un periodista nato. Tendía a hacer de todo para abordar todas las posibilidades a su alcance”, expresó Morales.

En una entrevista con EL JORNAL, en 2005, Salguero contó que aunque pareciera increíble en aquellos años, por 1962, La Nación tenía pocos carros y que entonces él, para salir a los distintos puntos del país, utilizaba su propio jeep, a cambio de que le dieran la gasolina y le ayudaran con los repuestos, pero el balance monetario pocas veces le favorecía.

Cineasta, comerciante, escritor, productor de televisión, vendedor, pulpero y periodista fueron algunos de los muchos oficios que Salguero desempeñó a lo largo de sus 84 años, en los que se casó seis veces y procreó 13 hijos. La última mujer con la que se casó fue con María Mayela Padilla, de quien se divorció y luego se volvió a casar.

“Yo en realidad lo que soy, y siempre quise ser, fue ser periodista y punto”, dijo en la amplia entrevista con EL JORNAL.

Además de ser un reportero que le encantaba desviarse por cuanto trillo encontraba, hizo programas como La Galera y su recordado Fogón de doña Chinda.

“A Miguel lo que le interesaba era el reporterismo, que es la esencia del periodismo. Empezó a escribir muy joven. Lo que pretendía era escribir sobre todos los lugares que visitaba. Si alguien hablaba de un lugar y él no lo había visitado, se iba a buscarlo. Se iba dos semanas a reportear y volvía con un montón de material para hacer suplementos de 8, 12, y hasta 48 páginas”, rememoró Morales.

En ese entonces, Salguero comenzó con un suplemento que se llamó La vida en Tiquicia y que después se llamaría Gentes y Paisajes, el cual posteriormente editaría como una revista independiente.

En esa revista lo acompañó en esa gesta, el escritor José León Sánchez, quien dice que varios de sus artículos los recopiló él luego en un libro.

“Con su cámara que él llamaba Mencha hacía fotografías e hizo de la fotografía un arte. Era una fotografía de reportero, pero tendía a la belleza, a captar la belleza”, enfatizó Morales.

El periodista y escritor explicó que Salguero tenía la virtud de escribir a gran velocidad y que por eso abarcó todos los temas en los más diversos géneros como el reportaje, la entrevista, el cuento, así como el contar historias por medio del cine.

“Todo lo hizo de manera autodidacta. Era un espíritu creativo excepcional”.

Para Morales, es importante que los jóvenes se enteren de quién fue Salguero, por la labor cultural, periodística y de amor a Costa Rica que siempre desarrolló, lo que empezó a una edad muy temprana, dado que a los 14 años se convirtió en el combatiente más joven de la guerra del 48. Estuvo en el asedio de las 36 horas a San Isidro de El General, lo que luego plasmó en un libro.

La editorial de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) le publicó al menos 25 libros de los sobre los más variados temas. Las aventuras de Aniceto Valderrama, El caudillo en la Lucha, Cantones de Costa Rica y Tierra adentro, son algunos de sus títulos.

“Fue un pionero en televisión. Le interesaba el campesino costarricense y su folclor. Su muerte es muy penosa, por la pérdida que representa. Lo que él hizo ya no lo hacen los jóvenes entretenidos con sus videojuegos”.

Para Morales, una vez más, el país se tardó en otorgarle el Premio Magón a un ciudadano que de sobra se lo merecía: “Hubiera honrado mucho al Magón, pero algunos miembros del jurado quizá ni sabían quién era Miguel Salguero. Un olvido más de la cultura costarricense. Tuvo en vida otros premios como el García Monge. A Miguel lo querían en el pueblo a donde fuera. Por eso llegó a ser diputado, pero salió asquedado de la política, como era de esperar. Los pueblos lo colmaron de honores”.

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