(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE OCTUBRE, 2015-EL JORNAL). La Academia Sueca, que hoy anunció a Svetlana Alexievich como la ganadora del Premio Nobel de Literatura, y con ello dignifica al periodismo, esta profesión tan vilipendiada en los últimos tiempos, y, en especial, en mi país Costa Rica.
Llama la atención que el Comité Nobel se haya decantado por una escritora cuya base fundamental se sustenta en sus crónicas y en sus trabajos periodísticos, lo que en Estados Unidos se conoció como la corriente de la “nonfiction”.
Al periodismo, que atraviesa un complejísimo proceso de transición, embriagado por las redes sociales y la inmediatez, que a diario lo lleva a cometer multiples yerros, le viene muy bien que se premie a ese otro periodismo que se hace más en silencio, lejos de los reflectores y que tiene como idea suprema relatar una historia humana.
Ya lo decía el gran Gabriel García Márquez, quien solía destacar que a él le habían dado el Nobel tanto por su creación literaria como por su carrera periodística, en la que siempre se sintió orgulloso de ser reportero.
Alexievich ha escrito sobre Chernobil, sobre las madres que perdieron a sus hijos en la guerra que la entonces Unión Soviética sostuvo en Afganistán y sobre los suicidios de quienes no resistieron la caída del socialismo en la URSS.
El periodismo de altura es una maravillosa profesión u oficio, como quiera llamarlo, solo que hoy se confunde con cualquier hijo de vecino que, tras comprarse una grabadora, se cree en condición de ejercerlo.