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Un cristal roto

(VIERNES 19 DE JULIO, 2024- EL JORNAL).A dos semanas de que empezó a circular la versión sobre la salida del entrenador de la Selección, Gustavo Alfaro, no hay, asegura el presidente de la Federación, Osael Maroto, ninguna propuesta sobre la mesa y que, por lo tanto, el técnico sigue al frente de la Tricolor.

Esa situación, si la Federación Paraguaya paga la cláusula, puede variar radicalmente de un momento a otro, pero esa no es la clave del asunto, sino que aquí lo que se da es la historia del cristal roto.

Una vez roto, por más que lo quieran reconstruir, con técnicas avanzadas e incluso con el auxilio de la Inteligencia Artificial (IA), los que observen con detenimiento dicho cristal, sabrán que ahí hubo una reconstrucción, porque las microfisuras todavía persisten.

Es lo mismo que pasaría si al final Alfaro se queda: ya la credibilidad no existe. ¿Con cuál Alfaro hablamos: el caballero del verbo copioso o con el que se maneja por la oferta y la demanda del mercado? Es decir, Alfaro no se queda porque esté fascinado con el proyecto del fútbol de Costa Rica, sino porque lo de Paraguay no se terminó de concretar.

Así, con los panoramas más que claros, es seguro que los desencuentros vendrán con mayor intensidad. Porque a la fecha lo que ha quedado constatado es que Alfaro en ningún momento negó su intención de salir.

En este contexto, prevalecerá la desconfianza. Y a ello súmele que la afición ya sabe que aquel beso a la bandera costarricense no fue más que un acto demagógico innecesario.

Con un cristal roto, un proyecto tan ambicioso como el de la Federación no puede continuar.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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