PALESTRA
Uno está acostumbrado a ver cómo alrededor de cualquier polo de poder se van formando cerrados círculos que controlan absolutamente todo. No cae una hoja sin que los colaboradores del empoderado, que a la vez cohesiona el grupo, no estén al tanto.
Así van naciendo los clubes en el deporte, llaméense movimiento olímpico, asociaciones deportivas, federaciones de fútbol, confederaciones internacionales, etc. Florecen, de esta manera, los conocidos feudos de la Edad Media en pleno siglo XXI.
Y el fútbol costarricense no es la excepción. Ya vieron que el seleccionado Sub 23 encajó otro fracaso de cara a los Juegos Olímpico de Brasil, primero con un 4-0 frente a México y un 2-0 ante Honduras.
Cuatro de los seis goles con que estos muchachos se quedaron en casa reflejaron falta de trabajo por parte del técnico, Fallas. No es posible que un portero saliera a cazar mariposas cuando ni siquiera había insectos en su área.
La parte defensiva- los manuales dicen que todo equipo de forma de atrás hacia adelante- daba compasión; lástima. Pobre muchachos que dejaban de manifiesto ausencia total de exigencia de sus tutores.
Para decir verdad y ser un poco justo me parece que las carencias del seleccionado sub 23 en todas sus líneas son recurrentes en todas las selecciones menores, porque nuestra Federación sigue creyendo que un entrenador de primera división es capaz de formar a futuros jugadores.
Esta equivocada concepción sobre la formación y corrección de defectos en nuestros jugadores menores (en nuestro país los delanteros desperdician las jugadas de bola muerta, a algunos nunca les perfeccionaron el cabeceo y, en general, muchos si usan la pierna para subirse al bus se van al suelo), solo es posible cuando convertirnos nuestras organizaciones en clubes sociales.
Y hoy por hoy nuestra FEDEFUTBOL es un club social sin mayores proyecciones a tres o cinco años, no porque no haya “madera”, materia prima para las categorías inferiores, sino por el horror que provoca la disciplina y el pedir cuentas.
Oyendo al entrenador de la sub 23 achacar “nervios” en sus muchachos frente a México y Honduras me surgió una idea que comparto con técnicos y jugadores: además de los implementos propios para un equipo, que en adelante se incorpore todo equipaje unas cuantas toneladas de Valium.
Lo ideal sería darle a cada integrante de nuestra representación patria un perro, pero Aduanas, seguramente, no aguantará ni un medio.
Periodista, abogado y notario.
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